Además de ser un grandioso invento de transporte, el ferrocarril fundó pueblos y escribió historias humanas, uniendo o separando vidas y destinos. Desde el invento del ferrocarril la vida fue más rápida para transportar personas y mercancías desde ciudades lejanas. Se dice que los orígenes del ferrocarril se podrían remontar en cierta forma a la civilización egipcia y romana por sus carros de fuego y de gloria. Pero fue hasta el siglo XVI que mineros alemanes empezaron a dar forma al ferrocarril como tal, mediante el transporte subterráneo de vagones arrastrados sobre maderos y después sobre lingotes de hierro. Luego del descubrimiento de Watt en 1770 de la máquina de vapor, Richard Trevithick construyó la primera locomotora a vapor para el transporte de viajeros. Inicialmente el tren surgió en Inglaterra, arrastrado sobre rieles por caballos. Fue en 1825 que el inglés George Stephenson construyó una potente locomotora capaz de arrastrar 6 vagones, cargados de hierro y carbón, junto con 35 diligencias y 20 carrozas llevando 400 viajeros. Fue así cómo la primera línea de ferrocarril del mundo se inauguró en 1830 en Inglaterra, uniendo las ciudades de Liverpool con Manchester. Desde entonces el ferrocarril se extendió por el Orbe, escribiendo vidas y destinos; llevando mercancías y valores, siendo usado además del comercio, para actividades de guerra y de paz. (XX) (“Los Diez Días de la Flor de la Vida” ©C.Balaguer)
Historia del ferrocarril de la vida
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