Se libra un largo juicio contra el periodista australiano Julian Assange, nominado al Premio Nóbel de la Paz y -entre otros méritos- ganador de los “Premios Amnistía Internacional de los Medios Británicos” en 2009, por exponer los asesinatos extrajudiciales en Kenia con la investigación “El Llanto de la Sangre”. Fundador del sitio WikiLeaks, fue acusado de espionaje y filtrar material “clasificado” en operativos de guerra. (¿Acaso las agencias de espionaje internacional de algunos imperios son condenadas y penalizadas por ello?) Vejado y amenazado a cadena perpetua (muerte en vida) -independiente a quienes sean los actores del drama- Assange representa el inalienable derecho de la Libertad de Expresión sea cual sea su palestra, denuncia, raza, nacionalidad, color, religión, lengua… El derecho del periodismo libre -de cualquier ideología y valores sociales- debe ser respetado por las naciones del mundo que defienden las libertades humanas en todas sus categorías y circunstancias. Se puede amordazar la verdad pero esta rompe muros y fronteras por ser uno de los más sagrados baluartes, tanto del individuo como de las mismas civilizaciones de este nuevo milenio como del futuro de nuestra Historia Natural.
Persecución de J. Assange y el periodismo libre en el mundo
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