“Cerbero” o “Cancerbero” (un perro monstruoso de tres cabezas y una serpiente en vez de cola) guardaba las puertas del mitológico Hades o inframundo. La misma bestia que cuida los infernales reinos de la guerra de esta era sombría del S.XXI. Esto, cuando se avista el intento de expandir una guerra racial a gran escala en el Orbe y más allá del holocausto a cielo abierto de Medio Oriente. Ante este y otros inhumanos escenarios de odio étnico en el planeta, es cada vez más urgente un alto en el camino para establecer en nuestra última civilización la definitiva paz mundial. Urge asimismo la creación de una Corte Penal Internacional, que juzgue y castigue los crímenes de lesa humanidad. ¿Que ya existe? -me dice la voz lejana del ángel del silencio cómplice. Le pido disculpas por mi ignorancia o desinformación, debido a la falta de justicia y humanismo que acontece en la era “moderna” del “Homo Bellum” u “Hombre de la Guerra.” El mismo de aquellos que “ovidando el pasado, condenados están a repetirlo”. Ante un urgente renacer de la Humanidad -sedienta del amor divino- el clamor del “silencio de los corderos”, exige a las potencias mundiales detener más fuego y terror a las puertas del Hades y del paraíso perdido de la paz. ¡Pax in Orbis! ¡Paz en la Tierra a los hombres que aman la vida de la Divina Creación!
"Cerbero” y el holocausto a las puertas del Hades o averno
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