“Maya” -en la lejana lengua sánscrita- significa “ilusión”. También para los sabios poetas de la antigua china el hombre era sólo “ilusión”. La misma ilusión de poder y gloria que suele colapsar a las grandes y fugaces civilizaciones que han desfilado por el planeta a través del tiempo eterno. Los mayas, precisamente, fueron eso. Una mágica y grande ilusión, de la cual sólo quedan sus pirámides, templos en ruina, estelas de piedra e indescifrables códices y petrograbados. Su sabiduría cósmica, arquitectónica, astronómica y cultural fue borrada por el tiempo. Según científicos modernos “El papel del cambio climático” tuvo mucho que ver en el colapso de la civilización maya clásica. Determinan que períodos de sequía extrema durante esa época llegaron a registrar una baja de hasta el 70% de lluvias y precipitaciones. Científicos del Reino Unido y Florida, (EE.UU.), midieron los diferentes isótopos del agua atrapada en el yeso (mineral que forman las sequías) en muestras del lago Chichancanab de la península de Yucatán, México, donde floreció el extinto mundo maya. Ello nos hace recordar el actual cambio climático, causante de sequías, inundaciones, recalentamiento global, ciclones, incendios devastadores, hambrunas, pestes y pandemias. ¿Tendremos un destino igual?
Sequía produjo extinción del mundo maya
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