La reciente elección de Donald Trump nos enfrenta de nuevo al reto de una política migratoria estricta y poco enfocada en los derechos humanos. En AAMES, como organización comprometida con los derechos de los migrantes centroamericanos, vemos esta coyuntura como una oportunidad para replantear la manera en que abordamos el fenómeno migratorio, tanto a nivel regional como en nuestra relación con los Estados Unidos.
Es evidente que cada grupo de migrantes –ya sean aquellos en ruta, los que viven indocumentados, los residentes con documentos o quienes tienen permisos temporales– afrontará desafíos específicos. Para muchos de ellos, el sueño de una vida digna y con oportunidades sigue estando en Estados Unidos, pero bajo un contexto de restricciones. Las políticas de Trump han mostrado poca disposición a abordar las causas estructurales de la migración, limitándose a priorizar la seguridad fronteriza y la deportación.
En este sentido, creo firmemente que nuestros países necesitan unirse en una sola voz. No es lógico que Honduras, Guatemala y El Salvador, compartiendo la misma realidad y viendo cómo sus ciudadanos buscan mejor vida fuera, negocien por separado. Este esfuerzo atomizado nos ha debilitado históricamente frente a decisiones que afectan a nuestros compatriotas. ¿No es ya momento de que los países del Triángulo Norte se sienten juntos, diseñen una agenda común y enfrenten esta política migratoria unidos?
SICA y la Conferencia Regional sobre Migración ofrecen las plataformas para que nuestra voz sea más fuerte, respaldada por una visión y una agenda compartida. La portabilidad de derechos de seguridad social y la posibilidad de una residencia para quienes han trabajado años en Estados Unidos no son solo demandas razonables, sino elementos básicos para el desarrollo humano.
A medida que las políticas migratorias endurecen el camino para los nuestros, los gobiernos centroamericanos deben priorizar este tema en sus relaciones con Estados Unidos. Estamos en una coyuntura donde el diálogo y la colaboración, tanto entre nuestros países como con la administración estadounidense, son vitales para asegurar los derechos de nuestros migrantes.
No es un reto menor, pero también es una oportunidad histórica de repensar el rol de nuestra región en el fenómeno migratorio.
Director de AAMES (Asociación Agenda Migrante El Salvador)