Pues me encantaría decir que nada, que luego de aprobada la petición familiar sólo es de sentarse y esperar que migración comience a tramitar nuestro caso para recibir documentos y poner manos a la obra al proceso… pero lastimosamente no es así.
Ya en la práctica, existe una serie de variables que inciden en el proceso y podrían afectarlo negativamente, por eso debemos conocerlas y prepararnos ante ellas.
Si bien recibir una Notificación de Aprobación de una petición familiar nos indica que el Servicio de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos ya revisó la solicitud hecha y ha verificado que se cumplen los requisitos de forma y fondo necesarios, y que, por tanto, procede aprobar dicha petición. Es importante tener claro, que ese es el primer paso, clave sí, porque de él depende todo. Sin embargo, debemos estar atentos a ciertos incidentes que pueden afectarlo, conozcamos los más frecuentes.
En la fase inicial del proceso, una primera recomendación sería conocer a qué tipo de categoría pertenecemos y sus restricciones, por citar algunas: si tenemos prohibición de contraer matrimonio, o si por el contrario debemos permanecer casados (cuando la petición se basa en el matrimonio), qué pasa si durante el proceso se tiene hijos, o si el peticionario se queda sin trabajo, o si éste fallece. Es decir, debemos conocer nuestra categoría de petición y sus restricciones para así saber qué afecta y que qué no y cómo superarlo – si esto es posible-.
Otro dato importante a saber, es el tiempo de procesamiento de mi caso, que va relacionado siempre a la categoría que pertenecemos. ¿Porqué es importante? Porque nos permitirá en primer lugar, rastrear los avances o retrasos de tramitación que pueda tener nuestra petición. Igualmente nos ayudará a proyectar nuestro plan de vida, es decir preparar el momento de emigrar para organizar nuestros compromisos laborales, académicos, financieros, nuestros bienes, en fin. No es igual para un proceso migratorio de espera corto, o uno que lleva varios años de espera asignada.
Debemos anticiparnos respecto a las circunstancias particulares de nuestro caso, por ejemplo, registros migratorios y judiciales. Es decir, si hemos tenido presencia indocumentada en EEUU en algún momento de nuestra vida, debemos informarnos de las posibles consecuencias, si hay castigo vigente por ejemplo, si somos sujetos a un proceso de perdón, etc. Si hay antecedentes con la ley, conocer qué tanto puede afectar el proceso a la fecha. O si se ha vivido en otro país por más de 6 meses, tramitar nuestra solvencia policial con antelación. De esta manera tendremos estos documentos listos (muchos de ellos toman tiempo en obtenerse) para presentarlos en el momento dado.
Importante además desde el inicio, conocer los detalles de nuestro proceso migratorio, es decir, numero de recibo, numero de caso, fecha de prioridad, todo esto nos permitirá revisarlo en las plataformas electrónicas correspondientes.
Ojo con esto, desde la fase inicial del proceso debemos asegurarnos de tener una dirección postal segura para recibir las diferentes notificaciones, lo mismo que una cuenta de correo electrónico segura, ya que Inmigración se comunicará con nosotros por ambas vías de manera indistinta.
Ya para la etapa intermedia del proceso de petición familiar así como para su cierre, será determinante que conozcamos los sitios oficiales de inmigración, igualmente, monitorear los avances del Boletín de Visas para saber cómo progresa nuestro caso; en esta etapa los accesos a las plataformas son determinantes, sino, no podrá avanzar con su proceso.
Teniendo estos cuidados, -que realmente si los analizamos, no son tan complejos-, aseguramos el avance y cierre exitoso de nuestro caso de petición familiar, pues nos anticipamos a imprevistos.
Directora de COIMSAL Asesoría Migratoria