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Un no a la justicia y un sí a la muerte...

tristemente, olvidamos ese hacinamiento que se vive en las cárceles, el contagio de enfermedades transmisibles como es la tuberculosis y la falta de seguimiento a los casos probables de contagio; el factor de riesgo más potencial para la quinta ola de #COVID_19 son esos centros penitenciarios.

Por Ricardo Lara
Médico

La cacería de los grupos terroristas puede tener muchísimas interpretaciones. Me referiré al Estado de derecho que debe primar antes que cualquier atrocidad, violencia o muerte. Queda demostrado que vivimos sin rumbo, que lamentablemente involucrar a inocentes que. Nunca debieron morir. La justicia ha vuelto a fallar y es siempre el ciudadano quien paga las consecuencias de cada tragedia que vivimos y en vez de entenderse de parte de la ciudadanía que hubo negociaciones con tales grupos, de lo cual “no tengo pruebas pero tampoco dudas”.


De parte de gobiernos anteriores y del actual pareciera que todo se olvida, pero esas 87 personas asesinadas en tres días en marzo 2022 tenían familias, hijos, esposos, padres historias de vida. Nadie podrá llenar ese vacío; cada día somos más fríos, apenas nos asombramos, las estadísticas son frías pero el dolor de esas familias es cálido, es punzante, es indescriptible y doloroso es el dolor de la muerte del ser amado. Tristemente nada nos inmuta, somos cada día mas indiferentes y ese es el ejemplo que transmitimos a nuestras generaciones: la vida y la muerte dan lo mismo siempre que no sea uno de los nuestros.


No hubo justicia, y como decía San Romero, la justicia solo muerde al descalzo… se le puede agregar al tatuado pobre, al que tiene la total desgracia de ser el más pobre en un país empobrecido como pocos.

La vida sigue y deberíamos sacar algo bueno de tal tragedia, entender que la sociedad salvadoreña poco a poco pierde su identidad y que solo la familia como núcleo valioso de la sociedad puede hacer la diferencia; por tanto, hay que cuidarla y defenderla, no podemos esperar que sea el Estado, la Asamblea Legislativa con todas sus fracciones o la escuela la que nos dé valores. Solo queda la familia, pero cuántas están incompletas, desarticuladas. Sólo yo como padre puedo sentarme junto a mi hijo y hacerle ver que una vida es importante, que esa madre que fue asesinada deja hijos huérfanos y que nuestros hijos sepan los afortunados que son, que valoren lo que tienen, que respeten las normas de convivencia, pues hasta en las mejores familias no deja de haber alguna oveja que sale del redil.


Y tristemente, olvidamos ese hacinamiento que se vive en las cárceles, el contagio de enfermedades transmisibles como es la tuberculosis y la falta de seguimiento a los casos probables de contagio; el factor de riesgo más potencial para la quinta ola de #COVID_19 son esos centros penitenciarios. No puede un recluso ni que haya sido condenado perder su derecho a la salud, que es lo mismo que perder el derecho a su vida, y debemos ser garantes de que las estadísticas no nos engañen, pues no es lo mismo ver en las redes sociales que la policía detuvo a tantas personas y, por el otro lado, tenemos a un sistema carcelario que ha visto que también las prisiones son grasosos negocios.
No podemos volvernos indiferentes y creer que la violencia de un estado resolverá los problemas del país; en primer lugar arrastramos taras históricas que sabemos que para algunos es preferible que sigamos en ese estado, que nada cambie pues no hay nada peor para el poder que un pobre lea, que estudie, que piense.

Debemos y es imperativo volver al Estado de Derecho, entender que la vida es cualitativa y no cuantitativa, que todos somos lo mismo, pero si hay una parte enferma y se extirpa, seguimos enfermos. No es amputando los derechos humanos ni vapuleando al indefenso inocente. No, eso no es construir Patria. Eso es destruir la Patria pues esa familia jamás volverá a ser la misma y quizá el salvadoreño parece olvidadizo; hartos estamos de ver a líderes mundiales ser tratados como vulgares delincuentes, no digamos personeros de quinta categoría que, en sus horas de angustia, sobran los golpes de pecho, sueñan con la conversión cuando pudieron ser solamente seres humanos y tratar como se merece otro ser humano.

Mis respetos para la diputada @ClaudiaOrtizSV, pues su elocuente participación del hermanito feo del régimen de excepción es solo una de muchas aristas creo que ese hermanito feo tiene un hermano gemelo el impresentable no por feo pero sí porque es el de la injusticia y del que mata inocentes. Como dice Arjona: “Rezando dos padres nuestros el asesino no revive a su muerto”, pues cada día parece que serán más muertos…

Médico.

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