La guerra iniciada por Rusia contra Ucrania ya pasó de ochenta y tantos días y parece que va para largo y esta semana que estoy en Madrid, las noticias en todos los medios se refieren a nivel internacional a la “estrategia europea de desconectarse de Rusia” y considerando las consecuencias entre más asuntos importantes, hay dos temas que influenciarán el futuro inmediato, para lo que ya se preparan.
En los medios de comunicación se habla además que continúan las ayudas a Ucrania de Estados Unidos y los países europeos para defenderse de Rusia, de la próxima adhesión de Finlandia y Noruega a la OTAN.
Se están previendo y preparando estrategias para toda la Unión Europea para afrontar las dos próximas crisis relacionadas con la energía y la seguridad alimentaria.
La Unión Europea trabaja en una estrategia de ahorro de energía en todos los ámbitos, desde las grandes consumidoras de energía para la fabricación de productos y prestación de servicios, supongo que llegará hasta cómo ahorrar energía en los hogares en las labores domésticas como cocinar, planchar y las diversiones que consumen mucha energía.
Y pensando en lo positivo, imagino que sucederá algo parecido a los cambios que hemos tenido que implantar con la pandemia del COVID-19, que ha revolucionado nuestra forma de trabajar y comportarnos y qué seguramente nos llevará a una mentalidad de consumo mesurado y ahorro, por solidaridad o necesidad, aunque se disponga de recursos para pagarlos.
Recuerdo que hace unos diez años durante una sequía en España el gobierno, refiriéndose al consumo de agua, promocionó el eslogan: ¡Aunque usted pueda pagarla, España no puede! Y funcionó, porque voluntariamente, por ejemplo, la ducha se redujo de cinco a tres minutos y el consumo a 60 litros por persona.
Pero la supuesta crisis energética nos enseñará conductas parecidas con el consumo de electricidad que pueden llevarnos a mejores interrelaciones. Por ejemplo, menos televisión y teléfono celular y más hablar en familia. Antes de salir, dejar todo resuelto para reducir las llamadas telefónicas.
Las empresas deberán pensar en la implantación de las normas internacionales ISO para la gestión energética y el desarrollo de proyectos de energías renovables y limpias, solar y eólica y una mejor distribución.
Desde la Administración en El Salvador debieran agilizar el tráfico, ordenar el transporte público y sacar los transportes pesados y de personas que desperdician combustible y polucionan. También mejorar la forma de manejar con lo que hasta se puede reducir la inmensidad de accidentes que tenemos aquí.
Con la crisis alimentaria quizás decidan desde el gobierno apoyar más a la agricultura salvadoreña, modernizándola y utilizando los miles de manzanas de tierra fructíl abandonadas para reducir la dependencia alimentaria.
Si en Europa se están preparando para estas dos crisis que afectarán a toda la población, imagine en nuestro país con tantas dependencias y malas costumbres en los dos ámbitos.
Pues aprovechando que estoy esta semana en Madrid, el lunes para comprar el boleto del AVE, el tren de alta velocidad, a Valencia decidí caminar y después de comprarlo porque el precioso día invitaba a caminar, continué hasta la plaza España y nuevamente me disculpé con don Miguel de Cervantes y don Alonzo Quijano por no haber terminado la lectura de su personaje El Quijote de la Mancha.
Continué por la Gran Vía pasando por la plaza Callao hasta llegar a la plaza de la Cibeles y luego hasta el Museo del Prado y el palacio donde se encuentra la Real Academia de la Lengua Española. Si aún no ha venido a Madrid, este es un excelente paseo urbano donde verá gente de todo el mundo. Y si ya vino, seguro que guarda un buen recuerdo.
Pues saludos desde Madrid y Valencia que ya en pleno verano están abarrotadas de turistas de todo el mundo.