Empresarios, clase media, periodistas, artistas, universitarios y académicos que posiblemente conforman una minoría de la sociedad, y que se podrían catalogar como opositora, disidente o en desacuerdo con el gobierno del presidente Bukele están EQUIVOCADOS en su análisis (en realidad son el 18 % y no el 3%).
En la última encuesta del Centro de Estudios Ciudadanos (CEC) de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) -mayo 2022- la gente entrevistada califica al presidente con 8.34 (es el séptimo ocho y fracción en las últimas ocho encuestas desde enero 2020); 71.2% cree que el país va por buen rumbo; 72.4% está satisfecho con el presidente; el candidato de 2024 debe ser Bukele; 72.23% aprueba su reelección; y 81.12% señalan que con el presidente Bukele estamos mejor; entre otros datos.
La pirámide socioeconómica de El Salvador es la clave de todo.... A ver si se entiende la alegoría: tenemos una amplia base de pobreza, desigualdad y exclusión; digamos no menor al 50% y en aumento según el Banco Mundial (extrema, monetaria, relativa, etcétera); gente que no tiene mucho que perder, que vive en subempleo, que no entiende de Derecho Constitucional ni de macroeconomía y que históricamente ha estado abandonada. Una clase media dividida que está en modo de supervivencia; se trata más o menos de un 30% de la población con más escolaridad, muchos de ellos trabajando en plazas gubernamentales, profesionales, empresarios medianos; y finalmente un 20% de la clase acomodada, conformada por dos segmentos: empresarios medianos, nuevos ricos, la nueva clase política y las élites económicas; la mayoría muy entretenidos haciendo dinero…
El gobierno de Bukele y sus acciones está impactando en la base de la pirámide socio-económica (50% a 60% de la población): Los US$ 300 y las canastas alimentarias que se entregaron en pandemia; los US$ 30 de la Chivo Wallet; las entregas de laptop y Tablet; Chivo Pets; al Estado de Excepción y sus capturas; la mejora en los servicios de Salud, son acciones que valora la gente de más escasos recursos y no la clase media o la élite económica.
En este gobierno todas las herramientas burocráticas tradicionales, las herramientas de transparencia y los debates políticos de contrapesos han desaparecido por el control total que posee el Ejecutivo. Se hace y se ejecuta y punto final, y las elecciones tienen consecuencias…
No hay barreras, no hay necesidad de debate en la Asamblea Legislativa para aprobar un decreto o reforma; todo está perfectamente alineado; hasta el sistema de justicia está en sintonía o corregido por el presidente.
La gente está celebrando y apoyando “el método”… ; por otro lado, los intocables están presos o huyendo; y hasta el periodismo incómodo que revela las grietas de corrupción es irrelevante o no afecta a la imagen del presidente (a nivel nacional). Es políticamente indestructible.
Se ha creado una atmósfera enrarecida, pautada por el miedo y por la nueva estética del presidente. Sus escenografías son impecables y cuenta con un equipo de producción al mejor estilo de Hollywood. Mientras las élites económicas del país se han alejado de la política y están ensimismadas haciendo dinero y con miedo de una auditoría del Ministerio de Hacienda.
Hay otro problema: Demasiada gente en el país tiene “la cola pateada” o “techo de vidrio”; los gobiernos de ARENA y del FMLN crearon una considerable cantidad de vasos comunicantes de favores y corrupción. Así que calladitos se ven más bonitos.
El fiel ético de la sociedad sólo está en una institución universitaria, en dos pastores, un grupo de periodistas y un puñado minoritario de intelectuales (¿100 personas en total? Quizá es mucho); todo lo demás no tiene mucho que hacer ni que decir. Esto es desde el punto de vista estadístico irrelevante.
Por si fuera poco, la maquinaria mediática, sobre todo en redes sociales, está controlada por la narrativa gubernamental. Parte de la estrategia comunicacional de este gobierno ha sido atacar y destruir a los medios tradicionales y a la oposición, hasta llegar a un nivel de nula incidencia y de baja confianza. Esto también se ha medido, YouTube y TikTok son la clave, Twitter es un espejismo…
El Humor Social y Político, la cosmovisión e ideología de la gente ha cambiado. No es el gobierno ni la Asamblea Legislativa, ni mucho menos las políticas o programas que se están ejecutando las que están impulsando esta transformación. Es solamente la personalidad histriónica del presidente.
Ya no somos un país, más bien parecemos una secta que tiene un líder, al que se le cree y no se le cuestiona, es un asunto de fe. Él es el principio y fundamento de todo; es una especie de oráculo y posee diversos círculos de extrema lealtad. Él señala el camino, define el futuro, nadie más puede competir o disentir con sus ideas.
Pero no todo es color de rosa; no está claro si las capacidades e ideas del presidente en torno a la economía podrán resolver los problemas futuros de aislamiento, riesgos, endeudamiento y promesas por cumplir; el Bitcoin sigue siendo rechazado por la gente, -sólo 2 de cada 10 lo apoya- según la encuesta citada al inicio; la remesas tienden a disminuir y la balanza comercial está desequilibrada.
Efectivamente, esto no fue una casualidad, es democracia pura y dura; el pueblo decidió y una minoría está equivocada. Pero hay una cosa importante: Sigue habiendo libertad de expresión…
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Investigador Educativo/opicardo@asu.edu