Por ISO es una organización internacional sin ánimo de lucro, con sede en Ginebra y está conformada por los organismos de normalización de 170 países. ISO es un nombre, y se llama así, porque su objetivo primordial es la estandarización. ISO es el prefijo griego cuyo significado es “igual”, como en isósceles, isobar o isotérmico.
Gracias esta organización, disponemos de 25.274 normas ISO, cuyo objetivo principal es la descripción de cada producto para el que está redactada, pues las normas son documentos escritos, elaborados por comités de normalización, formados por especialistas en la concepción, diseño, comprobación y fabricación del producto que describen.
La idea fundamental es que los productos sean fabricación con alto estándar de calidad, pues la norma describe todas sus dimensiones, materias primas y parámetros de funcionalidad. Además, sirven para garantizar la intercambialilidad.
El ejemplo más fácil es una bombilla. Cuando deja de funcionar, se compra otra y se sustituye, sin atender si es de la misma marca, y esto funciona, porque todos los fabricantes de bombillas, igual donde se encuentren, cumplen con la norma. Lo mismo, con las pilas, las baterías o cualquier otro producto. Además las normas combinan sistemas de gestión. Por ejemplo, las tarjetas de crédito y débito, que son del mismo tamaño, tiene el mismo tipo de números y el ancho y posición de la banda magnética. Pero además está normalizado el sistema de cobro y pago con todos negocios y los bancos, lo mismo, que el sistema de VISA, Master Card y otros. Así, cuando viajamos, comunicamos al banco que estaremos en México, Estados Unidos, España y Alemania y ya podemos utilizar las tarjetas en esos países.
Y con las dimensiones en largo y ancho, va más allá, pues se utilizan, para las llaves de las las habitaciones de los hoteles, la licencia de manejar, los documentos de identidad y un sinfín más de aplicaciones. Y si compra una cartera, los lugares donde se colocan las tarjetas se corresponden con su tamaño.
Pero también existen las normas ISO para sistemas, es decir, la implantación de sistemas organizativos con un fin determinado. Por ejemplo, la primera norma de sistemas, ISO 9000, que ISO publicó en 1986 y focaliza la calidad. Es el sistema de gestión de la calidad ISO 9000, que se ha implantado en un millón y medio de empresas en todo el mundo, y donde más, en China, para acceder a la Unión Europea que tiene el mayor poder adquisitivo.
La norma ISO 9000 es el modelo para otras, por ejemplo, las ISO 14000, para el sistema de gestión medioambiental, las ISO 26.000 para el sistema de responsabilidad social empresarial, las ISO 31.000 para el sistema de gestión del riesgo, las ISO 22000 para la gestión de la inocuidad, en las empresas fabricantes de productos alimenticios.
Luego y a nivel particular, hemos desarrollado sistemas complementarios, por ejemplo desde 1992, el sistema KAIZEN-ISO 9000 que combina, los sistemas de mejora continua japoneses, que los implantamos para reorientar la cultura empresarial y porteriormente la normas ISO 9001, para reordenar la organización de la empresa y certificarla internacionalmente. Aquí las hemos implantado en organizaciones gubernamentales, autónomas y en empresas de diferentes rubros del sector privado.
¿Es conveniente que los presidentes y propietarios de las empresas conozcan las normas ISO? ¡Por supuesto! ¿Es rentable implantar el sistema KAIZEN-ISO 9000? Sí, pues además, de los resultados en calidad y productividad, se tiene acceso a clientes multinacionales que prefieren proveedores certificados. Las normas ISO fueron desarrolladas para empresas europeas, pero son tan funcionales, que se aplican en todo el mundo. ¿Funcionan en El Salvador? Definitivamente, si se reorienta la cultura y se implantan como es debido.
Ingeniero / pedroroque.net
Todo es más fácil y las sencillo con sentido común.