Es una alternativa para quienes quieran mejorar su calidad de vida y su desempeño profesional, porque el sentido común lo tenemos todos. Creer, valorar y actuar con sentido común es hacer lo lógico, fácil, coherente, ético, legal y, al mismo tiempo, bueno para cada uno y para las personas del entorno.
He concluido, partiendo de mi experiencia en la aplicación de sistemas, técnicas y los buenos hábitos de la mejora continua en las empresas para ser mejores empresas, que adaptándolas se pueden y deben aplicar a la reorientación en la forma de pensar y actuar para ser mejores personas y al mismo tiempo incrementar la eficacia y eficiencia en la optimización del uso del tiempo.
En términos inteligibles, es un conjunto de sistemas sencillos y básicos de administración del tiempo y los buenos hábitos para resolver las cosas de cada día, manteniendo alta la autoestima y aplicando la automotivación, la autodisciplina y el autocontrol para ser un buen ejemplo en lo familiar, social y profesional. En otras palabras, siendo y enseñando a ser personas ejemplares en la forma de pensar y actuar.
Suceden cosas en la que se pierde tiempo y su valor en dinero. Por ejemplo, para pintar la pared de la oficina. Se mide el largo y la altura para determinar cuánta comprar, se va la ferretería y se compra la pintura, el rodillo, una brocha y la bandeja. Se regresa y al separar los muebles de la pared se descubre una parte, en la que para hacer un buen trabajo, antes se debe quitar pintura anterior, pero no se compró una espátula ni un cepillo de alambre. Ir y volver a la ferretería significa una hora y media y como ya son las tres de la tarde, se pospone el trabajo dieciséis horas para el día siguiente.
¿Y cómo se hubiera hecho mejor? Aplicando el sistema que en las industrias se llama SMED y para los asuntos domésticos lo llamamos ADD, que significa: “Antes, Durante, Después”.
“Antes” se debe hacer lo necesario, para que “Durante”, se realicen las actividades en el menor tiempo y con calidad. En este caso “Antes”, pensar en todo el proceso y en cada fase, listar los insumos y las herramientas. Así se ordena la mente desde el principio, se comprarán solo los insumos necesarios y se hará bien todo el trabajo. Y “Después”, es volver cada cosa a su lugar dejándolas en una condición mejor.
Y como este, 20 sistemas básicos más para ordenar el tiempo y hasta cincuenta los buenos hábitos para convertirse en un buen ejemplo en la familia y en la empresa.
Y aplicando el sentido común a la empresa, resurge la Gestión Empresarial con Sentido Común, que empieza por la revolución conceptual y la aplicación práctica de los “Siete ceros”: Cero defectos, Cero averías, Cero retrasos, Cero inventario, Cero desperdicios, Cero esperas y Cero papeles”. ¿Y cómo hacerlo en nuestro país? ¡Despertando el sentido común! En las empresas japonesas y alemanas es lo normal y por eso son muy rentables. Las empresas de aquí, como organizaciones que combinan, máquinas, energías, personas, materias primas, dinero y otros recursos, son lo mismo. Ni los japoneses, ni los alemanes son más listos ni más inteligentes, pero sí más disciplinados y aplican en todos los ámbitos el sentido común.
Siempre se está a tiempo y nunca es tarde para reorientar la cultura de aplicación de lo básico y práctico en la vida de cada uno y en las empresas, de ahí el reto: ¡Despierta tu sentido común!
Quizás para empezar, piense en una lista de las cosas que hacemos todos los días que generan perdidas y disgustos innecesarios y se dará cuenta que sí nos hace falta despertar el sentido común.
Ingeniero/Pedroroque.net