Es un ciclo por ser reiterativo y lo forman las iniciales de Situaciones, Problemas, Costos, Pérdidas… Situaciones son circunstancias que se presentan frecuentemente en el desarrollo de una actividad. Problemas ya son situaciones conflictivas de las que se detectaron sus síntomas a tiempo, pero no se resolvieron, se dejaron estar hasta convertirse en problemas… La C es la inicial de Costos, directos y colaterales y la P de las Pérdidas que reducen la rentabilidad.
Como en nuestra mentalidad resolver problemas es incómodo y requiere posiblemente tomar decisiones incómodas, se va posponiendo para más adelante, hasta que se produce el evento desagradable que se sabía sucedería, con sus costos y daños directos y colaterales. Con un poco de mala suerte en el momento más inoportuno. Y frecuentemente los llaman “accidentes”, que si se sabía que sucederían, en realidad no son tales. Ejemplo: “Se le fueron los frenos”. “Se incendió”.
También, cuando una persona no está a gusto con su trabajo, empieza a comportarse de forma extraña. Llega tarde, hace el trabajo a desgana, pospone actividades para el siguiente día, no cumple con los compromisos adquiridos, continuamente explica con “es que fíjese” o bien comienza a generar rumores y a crear un mal ambiente de trabajo.
Y cuando ya se produjo el “accidente”, que no es tal porque se sabía que sucedería, o bien la situación conflictiva con el empleado, se reflexiona por qué sabiéndolo, no se resolvió y se dejó estar hasta que “explotara”. Preventivamente los costos hubieran sido bajos, el tiempo para resolverlo menor y no muy graves los disgustos. Correctivamente será más caro, requerirá más tiempo resolverlo y más grande será la frustración.
Entender que la riqueza también proviene del ahorro y la prevención, es una de las diferencias de la mentalidad y forma de gestión entre los países del primer mundo y los países en desarrollo. Pero la prevención y el ahorro no se concretarán en la realidad, cuando se está convencido que se ahorra no invirtiendo en lo preventivo, aunque al mismo tiempo se esté gastando, y mucho más, en lo correctivo y asumiendo las pérdidas de rentabilidad como normales.
Y también sucede con la salud, las personas con sobre peso, sabiendo que deben regular la alimentación, prefieren los restaurantes con menús y precios de “coma todo lo que pueda”, aunque están conscientes que no es bueno y saben que pronto alguno de sus órganos puede colapsar.
Preguntándome sobre la raíz de la conducta de posponer las soluciones fáciles de las “situaciones” y resolverlas cuando ya se complicaron y son “problemas”, solo puedo opinar por mi experiencia en reorientar empresas del pensamiento y conducta en correctivo al pensamiento y conducta en preventivo, que una de las causas es, que se le da mucha más importancia a la gente que pasa el día resolviendo problemas, que a la que piensa qué hacer y lo hace para que los accidentes y las frustraciones no sucedan.
Se valora más al “que no para resolviendo problemas” que si se analizan, los que resuelve hoy son las que debió haber prevenido la semana pasada, pero tanto él como su jefe disfrutan esa situación, se sienten importantes y sin darse cuenta, asumen los costos y las pérdidas de esa forma de pensar, como inevitables.
Así pues, en lo familiar, lo industrial, lo social y medioambiental, podríamos estar mejor si nos ocupamos preventivamente de las situaciones, en lugar de correctivamente de los problemas.
Reorientemos la forma de pensar y actuar aplicando mejor el ciclo PDCA: Plan. Do. Check. Act, de mejora continua, en lugar que el ciclo SPCP que genera costos y pérdidas que frenan el desarrollo. Como dice el sabio refrán “Más vale prevenir que curar”.
Ingeniero/p.roque@gccinternacional.net