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Mi voto vale

Nuestro voto  de hoy  es la única vía para lograr ese país al que tenemos derecho gracias al lema de nuestra bandera: DIOS, presente en nuestros hogares bajo la protección del Divino Salvador del Mundo.  UNIÓN, que resulta de un enorme amor a nuestra Patria, con igualdad de ideales.  Y esa LIBERTAD por la que siempre hemos luchado, y no queremos ver nuevamente amenazada. 

Por Teresa Guevara de López
Maestra

Las elecciones de este día son transcendentes en la historia de El Salvador, ya que por primera vez enfrentamos a un  candidato cuya inscripción está totalmente prohibida por la Constitución, pero que goza de enorme popularidad y ha allanado el camino para ganar la elección por todos los medios posibles.  Por esto, muchos apáticos consideran que no vale la pena molestarse de votar, porque los resultados están previamente anunciados.  Han olvidado que Bukele  ganó la presidencia con apenas el 27% de los votos, por lo que el voto en contra tiene en este momento un enorme valor.

Hay que dar al voto la importancia que merece.  Al ejercerlo  sabemos que estamos forjando el futuro destino de nuestra Patria, y  soñar con el país que todos merecemos.  Recordemos que siendo el país con el territorio más pequeño de Hispanoamérica, un buen gobierno con vocación democrática, podría convertirlo en un paraíso con un pujante desarrollo. Nuestros 21,000 kms cuadrados deberían estar conectados con buenas carreteras, entre ciudades, pueblos y cantones, dotados de energía eléctrica y agua potable, y posibilidades de vivienda para su población más vulnerable. Ya lo demostraron quienes trabajaron para el proyecto de Vivienda Mínima, Fe y Alegría, que lograron construir varios miles de viviendas de beneficio social, modelo que ningún gobierno quiso continuar.

Nuestro voto puede cambiar el abandono en que se encuentran los maestros y las escuelas, que ha mantenido a la población en la más completa ignorancia.  Nuestros hospitales serán un modelo para atender las necesidades de la población, dotándolas de las medicinas y los servicios de cirugía que necesitan, y un sistema de Seguro Social que cumpla a sus derechohabientes, y no sea una promesa de campaña.  Donde gracias a la separación de poderes, no se encarcele a los inocentes, sin prueba alguna, ni opción de esperar el debido proceso, mientras sus familiares quedan desprotegidos y con la ingrata obligación de pagar cantidades onerosas por los paquetes de higiene, que muchas veces jamás llegan a su destino.  Nunca más un régimen que ha traído luto y dolor a miles de familias, de las más pobres entre los pobres.

Un país donde se viva y se aprecie una verdadera democracia, con separación de poderes, se reconozcan los derechos humanos y exista un estado de derecho en que los funcionarios cumplan con su deber y den cuenta de su administración en el desempeño del cargo para el que fueron elegidos.  Queremos un país donde los ciudadanos gustosamente paguemos nuestros impuestos, en la certeza de que serán aprovechados en beneficio de la población, en forma de servicios.  Que no exista la información reservada, para que podamos estar seguros que tenemos un gobierno transparente, dispuesto a ser auditado por las instancias correspondientes.

Al conocer  los adelantos de los pueblos del Primer Mundo en materia de educación, en que  los padre envían a sus hijos a la escuela, y  terminada su educación secundaria, pueden  continuar estudios universitarios, o poder optar en un instituto técnico a carreras que les permitirán acceder a sueldos dignos.  Pero sabiendo que para lograrlo, la profesión de maestro debe recibir todo el reconocimiento que su dignidad merece,  en su lucha contra la ignorancia, verdaderos apóstoles satisfechos con su trabajo, mediante una remuneración acorde con su formación académica y desempeño pedagógico.

Nuestro voto  de hoy  es la única vía para lograr ese país al que tenemos derecho gracias al lema de nuestra bandera: DIOS, presente en nuestros hogares bajo la protección del Divino Salvador del Mundo.  UNIÓN, que resulta de un enorme amor a nuestra Patria, con igualdad de ideales.  Y esa LIBERTAD por la que siempre hemos luchado, y no queremos ver nuevamente amenazada.  Nuestro voto vale, y   puede ser la diferencia entre El Salvador con que soñamos, y el que ya no queremos.  No votar hoy es una traición a la Patria.

Maestra.

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Elecciones Legislativas Elecciones Presidenciales Opinión

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