Las elecciones de este día no prometen ser la fiesta cívica de épocas anteriores, cuando con entusiasmo y bajo las balas, votamos por el candidato más idóneo para ser parte del Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa, de acuerdo con nuestro estilo de gobierno: republicano, democrático y representativo. ¿Vale la pena votar hoy, tras la pésima experiencia del 4F? El descarado manoseo de NI, en los centros de votación y en el escrutinio final, con presencia policial, lo cual fue consignado en los reportes de los observadores de las misiones internacionales. Seguido del cinismo de los magistrados del TSE que se atrevieron a calificar el proceso como transparente y que hoy aseguran que “Cada voto cuenta y cada voz es escuchada” (Solo si es de NI)
Hay nueva organización de los municipios del país, sin análisis técnico, sino la voluntad suprema de Bukele, para que NI gane en los 44 municipios. Una decisión absurda, poco práctica y sin mayores beneficios para la población, que verá un retroceso en la prestación de servicios que las alcaldías, especialmente de municipios pequeños (hoy distritos) prestan a sus ciudadanos. ¿El alcalde de San Salvador Centro, que debe lidiar con problemas de una ciudad, con pretensiones de gran metrópoli, podrá estar pendiente de lo que necesita Mejicanos, y los demás distritos? ¿Y La Libertad Este que incluye Antiguo y Nuevo Cuscatlán, tan cercanas a la capital, pero que los 20 kilómetros que las separan de San José Villanueva y Huizucar, parecen ser de otro planeta ante la desigualdad de condiciones y servicios?
Para los diputados del PARLACEN, la reacción ciudadana es de indignación por la inútil existencia de un organismo totalmente inoperante, que cuesta millones de dólares, en sueldos para funcionarios que se reúnen contadas veces en el año, que no aportan nada a los intereses ni económicos ni comerciales de los países miembros, pero cobijan a ex funcionarios que urgen del fuero que les otorga su condición, para no ser investigados de la manera poco transparente con que desempeñaron sus funciones. Debería suprimirse ese parásito improductivo.
Estas elecciones tan poco democráticas tendrán un candidato único: Nayib Bukele. Así en la publicidad del partido cyan para promover a sus candidatos en enormes vallas publicitarias, junto a la foto del futuro alcalde, la X para votar no aparece sobre el escudo de Nuevas Ideas, sino sobre la N, de Nayib, que también da la bienvenida en la entrada de Nuevo Cuscatlán y en otras carreteras de la República. Piden votar por un candidato único, por él, no por su partido. Así como en el día de su toma de posesión, pidió a las Fuerzas Armadas que le juraran lealtad a él, y no a la República, como es mandatorio.
En las elecciones del 2019, el candidato Bukele pidió que en las papeletas de votación para presidente, apareciera la fotografía del candidato, y también en las elecciones de diputados en 2021, lo que dio lugar a que una anciana, de un pequeño municipio se lamentara que “ella había votado por don Nayik para alcalde, pero quedó otro.” Así que en este 2024, los candidatos a las alcaldías de NI han colocado la foto del presidente junto a la suya, para asegurarse la elección. “Rafa + Nayib” dicen las pancartas en Sonsonate, y así en muchas otras municipalidades, demostrando, para humillación de los títeres que se han prestado a esa farsa electoral, que ellos sin Nayib no son nada. ¿Quién puede tener confianza en un candidato con tan baja auto estima, para dirigir su distrito o municipio en los próximos 3 años? La actitud sumisa del TSE al haber delegado sus funciones en Casa Presidencial, una evidencia la extinción de la democracia, para dar paso a una dictadura, con un partido único con un único candidato.
Maestra.