De nuevo estamos ante un evento electoral que, lejos de aminorar suspicacias, las ha aumentado. Porque el TSE ha publicado pretextos, excusas, tergiversaciones y falsedades, pero ninguna respuesta. Ni siquiera respondieron a los cuatro Magistrados Suplentes que, cansados sin duda de las quejas constantes y fundamentadas que les llegaban, se “atrevieron” a hacer valer su derecho a ser escuchados. Otra vez fueron ninguneados, como todos aquellos que presenciaron y denunciaron las anomalías ocurridas.
Y así, con el lastre de un proceso oscuro y maloliente, llegamos a la elección para 44 Alcaldes y Concejos y 20 Diputados al PARLACEN. De estos últimos, no hemos oído ni pío, pero los candidatos a alcaldes oficialistas, marean con su única cantaleta: votar por ellos significa que tendrán escuelas del primer mundo, calles pavimentadas, parques envidiables, iluminación como las del evento para Miss Universo, clínicas y hospitales con la última tecnología, y cuanto la imaginación le sugiera; porque votando por ellos tendrán el apoyo del Presidente reelecto, (o de segundo mandato, o como se le ocurra al Vice llamarlo). Es decir: si ustedes, ciudadanos, eligen a candidatos de otro partido, sépanlo de una vez por todas, NO TENDRÁN NADA, ninguna obra para su municipio, o distrito, o lo que sea. Recibirán el mismo trato con que el diputado presidente de la AL amenazó a la diputada Claudia Ortiz: lo que usted diga, NUNCA será tomado en cuenta.
Esa es la realidad a la que nos enfrentamos, no sólo para las elecciones a realizarse mañana, sino para el futuro inmediato: soberbia, prepotencia, injusticia. Por eso, debemos presentarnos a las urnas y votar con patriotismo, recordando que, a pesar de los pesares, todavía somos un sistema republicano, que han destruido nuestras instituciones porque así lo hemos permitido pero que todavía nos quedan fuerzas para no dejar solos a los valientes candidatos que, contra todo pronóstico, soportando carencias, críticas, amenazas, burlas y desmanes, todavía tienen el ímpetu de procurar hacer el bien en sus localidades. Vamos a votar con dignidad, no con soberbia, con definición, no con dudas, con actitud de personas libres, no serviles. Que la mancha cian, con sus cachuchas al revés, haciendo propaganda prohibida en las narices de los delegados del TSE, no nos atemorice. En fin, hagamos acopio de toda nuestra salvadoreñidad y votemos así, valientemente, como lo que eso significa: un acto de defensa de nuestros símbolos Dios, Unión, Libertad.
Y, terminada esa jornada, posiblemente tendremos un “reprisse” de la debacle del 04/02/2024. Talvez menor, pero de igual importancia. Porque el resultado deberá arrasar a favor de los cian, o de alguno de los ahora llamados “partidos emergentes”, surgidos precisamente para apoyar a los NIs. Y el TSE reportará orgullosamente los resultados “oficialistas”.
Los ciudadanos, mientras tanto, deberemos prepararnos para una mayor y profundizada campaña de odio contra todo aquello que opaque el discurso de que El Salvador nació a partir de 2019, dado que el culto a la personalidad, la idolatría por la imagen presidencial, puede verse menguada por la realidad que, en un momento dado, la gente deberá reconocer.
Vienen tiempos difíciles. Tomamos malas decisiones y ahora deberemos afrontar las consecuencias. Pero, como todavía quedan salvadoreños justos y buenos en nuestro país, espero que, por ellos, el Señor nos tenga misericordia.
Empresaria.