Por La jornada electoral del 04/02/2024 quedará indeleble en nuestra historia, marcada por la lamentable actuación del TSE. Sin embargo, era la oportunidad para que se lavara la cara. Siendo la máxima autoridad en materia electoral (como tardíamente lo recordó la presidente de esa entidad) batió todos los récords en cuanto a sumisión y servilismo a los deseos, ocurrencias y conveniencias del ¿candidato? Presidencial de los NI. Y ese domingo profundizaron la terrible imagen que, desde antes, había venido forjándose.
En justicia, todos tenemos parte de culpa, ya que pocos señalamos lo que, en el concepto particular de ciudadanos con derecho a voto, considerábamos absolutamente nocivo. Aunque quizá fueran pocas las voces, que inmediatamente se ninguneaban como del 3% o de los mismos de siempre, el resultado ha venido a darnos la razón.
Porque a tiempo se denunció la inconstitucionalidad de la reelección inmediata; la ilegalidad de los cambios, drásticos, inexplicables, sobre la ley electoral, a menos de un año de la fecha señalada para realizar las elecciones; lo risible (si no fuera trágico) del cambio en el código penal, con castigo por 15 años de cárcel para quien se opusiera a la inscripción de algún candidato, sin que mediara razonamiento alguno sobre la validez o no de dicha candidatura. ¿Para qué entonces la exigencia de instrucción notoria, moralidad, etc., que en algunos casos se mencionan? ¡Ah, sí! Porque la mayoría, especialmente las cabezas visibles que se han candidateado carecen de todo ello absolutamente.
Y como si fuera poco: la disminución y redistribución de los municipios, lo que pudo ser muy bueno, si se hubiera hecho en base a una mejor atención para la población. Pero no: se hizo para eliminar a los buenos alcaldes opositores y dejar en manos de los NIs a la mayor parte, sino a la totalidad, de la ciudadanía. Igualmente, con la reducción de diputados, necesaria sin duda alguna, pero que debió hacerse sin cambiar el método del conteo de votos, eliminando de un plumazo la pluralidad de voces en la Asamblea Legislativa.
Después, las debacles del Día D y del conteo posterior, dignas de ser contadas por John Katzenbach. Porque otro error mayúsculo: admitir que los votos del exterior para diputados se aplicaran en general al departamento de San Salvador. ¡Por favor! Si algún día supiésemos el resultado de las elecciones del 04/02/2024 (¿lo declararán reservado por 7 años?) posiblemente veremos que en nuestro departamento, fueron más los votos del exterior que los votos de los salvadoreños que aquí vivimos, trabajamos, pagamos impuestos y sufrimos las ocurrencias convertidas en leyes. Ah, pero quienes los eligieron, viven en países del primer mundo, disfrutando de Estados de Derecho y creyendo las maravillas NIs que los emboban en YouTube. No es justo.
Este TSE verdaderamente ha hecho historia. Pésima, pero historia al fin.
En justicia, debo admitir que no todo fue malo: la tinta indeleble sí funcionó. Todavía tengo una pequeña seña en el dedo. Espero que ya se haya borrado para el 03/03/2024, en el que iré a votar por alcalde, no porque crea que ahora sí funcionará el sistema, sino porque los valientes opositores que se han mantenido firmes, en medio de esta debacle, merecen el apoyo ciudadano.
Y, como supliqué antes, que el Divino Salvador del Mundo y Nuestra Señora de la Paz, nos acompañen.
Empresaria.