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El comportamiento: Otros tópicos (Parte III de 3)

Es curioso cómo hay “ambientes ejemplificantes” que condicionan el comportamiento o la conducta; en lugares muy limpios y armónicos la gente no suele tirar basura al piso; esto funciona como la teoría de las “ventanas rotas”, los contextos pueden disciplinar o condicionar a la gente.

Por Óscar Picardo Joao

Podríamos “leer” el comportamiento humano, de al menos tres perspectivas: la infantil, la adolescente o juvenil y la de madurez; en cada una, desde la perspectiva de Sigmund Freud las fuerzas inconscientes pueden motivar el comportamiento, en determinados momentos y desde otras perspectivas más conductistas el ser humano actúa de manera consciente.

Podríamos también afirmar -desde el psicoanálisis- que el ser humano no es ni bueno ni malo por naturaleza, sino ambivalente; o con Rousseau afirmar que nacemos sin maldad y la sociedad nos corrompe.

La niñez -en su amplio espectro- y desde la perspectiva neurocientífica, también puede interpretarse desde diversas perspectivas: un ser “perverso polimorfo” de conducta no normativa, experimental, errática; o un ser en aprendizaje, lúdico, imitador, vulnerable, con una plasticidad cerebral en desarrollo.

La adolescencia, leyendo a Eric Moza se podría definir como la etapa en dónde el sujeto es “Histérico y rebelde”; un ser en complejos cambios biológicos, psicológicos y sociales, que se enfrenta a la alteridad y a un contexto normativo que lo acorrala.

De la adultez ya se ha escrito demasiado; su temperamento, identidad, educación y los esquemas ideológicos y axiológicos, configuran una cosmovisión y un modo epistémico de interactuar con la realidad y con los otros; más o menos ética o racional.

Pero también podríamos preguntarnos: ¿Existe un comportamiento esperado masculino o femenino diferenciado?; más allá de las ideas de Simone de Beauvoir sobre el género como una construcción social, hombres y mujeres se comportan de modo distinto; poseen códigos públicos de rechazo y permisividad, hay vestimenta, maquillaje, condiciones biológicas y sexuales diversas; e inclusive, hoy, se han multiplicado  las diferencias por los nuevos géneros.

Dos elementos importantes en el comportamiento y la conducta son el juego y la imitación; los niños (as) imitan y juegan roles mientras crecen, y se van creando hábitos y patrones de comportamiento conforme al espejo social que tienen frente de sí mismos.

Los primeros códigos o normas de comportamiento se reciben en el seno familiar, lo más básico y simple; luego en el sistema educativo, concretamente en educación básica-  se complementa desde la perspectiva de la socialización; y se cierra el ciclo en la adolescencia y juventud, con los espejos de la alteridad. Como diría Emmanuel Levinás: Nos descubrimos en el rosto de los otros.

En este contexto, el otro o la alteridad es fundamental en la definición de comportamientos y conductas; ya que me aporta los feedback positivos, negativos, correctivos o aceptativos de mi forma de actuar o interrelacionarme.

A través de las relaciones humanas los sujetos van asimilando e integrando el material que proviene de su experiencia, y al quedar registrado y con vertido en parte de su propio ser, realiza el proceso de asimilación, que aparte del de socializarse, crea sus propias dificultades. De este modo, en su necesidad de socializarse, por una parte y de asimilar de su medio, por otra, maneja sus potencialidades y energías de formas diferentes, adaptativas, defensivas, etcétera.

Según Armando Hinojosa en “Mecanismos psicológicos de adaptación y defensa” (1968): La serie de procesos adaptativos va integrándose en una estructura que se adquiere y modela por la experiencia y constituye lo que llamamos el carácter. La afinidad por un determinado tipo de carácter, principia con la disposición temperamental del individuo, que se manifiesta ya desde los primeros años de la vida. El temperamento condiciona la viveza, intensidad y persistencia de las reacciones de una persona, así como también su actividad, energía y, en buena medida, sus facultades intelectuales. De aquí que haya resultado tan difícil distinguir en la práctica un rasgo caracterológico, de una actitud temperamental; (…) desde aquí surge, por ejemplo la introversión o extroversión (Freud, Jung, Fromm) (…) además de las estructuras adaptativas, existen una serie de mecanismos defensivos, que pueden ser utilizados en determinado momento; los mecanismos de defensa surgen cuando el yo se ve amenazado por la angustia. Esta suele aparecer en situaciones de "peligro" o sea conflictiva.

También es curioso cómo hay “ambientes ejemplificantes” que condicionan el comportamiento o la conducta; en lugares muy limpios y armónicos la gente no suele tirar basura al piso; esto funciona como la teoría de las “ventanas rotas”, los contextos pueden disciplinar o condicionar a la gente.

No quisiera obviar en esta reflexión una conversación previa a nuestras investigaciones con el destacado biólogo matemático Carlos Hernández; discutimos sobre el comportamiento colectivo de animales -mariposas Monarca, ovejas de Irlanda, azacuanes, hormigas, etcétera- sobre todo intentando entender los objetivos y eficiencia de estos viajes migratorios de animales; si lo grupal afectaba a lo individual; y dejamos más preguntas que respuestas sobre la mesa.

Al final, podríamos concluir que las ciencias del comportamiento comparten espacio con la “Etología”, una ciencia joven y vibrante que tiene interés en profundizar en el conocimiento de los comportamientos de los seres vivos -humanos y animales- intentando comprender las situaciones exhiben los individuos de diferentes especies, y a los que en épocas pasadas únicamente se habían dedicado meras descripciones. Una posible definición de Etología podría ser: el estudio científico del comportamiento de los seres vivos.

Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor. Nos disculpamos por las posibles e involuntarias erratas cometidas, sean estas relacionadas con lo educativo, lo científico o lo editorial.  

Investigador Educativo/opicardo@uoc.edu

KEYWORDS

Comportamiento Humano Educación Opinión

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