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La paradoja de las apariencias…

“Las apariencias engañan la mayoría de las veces; no siempre hay que juzgar por lo que se ve”. (Molière)

Por Óscar Picardo Joao

Un conjunto de cualidades o circunstancias con que se muestra o se percibe de alguien, quizá no es la realidad sino una "apariencia"…; en efecto, aparentar es manifestar o dar a entender lo que no es o no hay; en este contexto, aparentar supone fingir o simular, mostrar otra cara y, de modo tácito, ocultar lo verdadero, lo real, lo que pienso.

Esta semana un colega de un tanque de pensamiento global me hacían algunas preguntas complejas: 

¿Hay libertad de expresión en El Salvador…?; le contesté aparentemente sí, mucha gente escribe y participa en los programas de entrevista sin mayor problema y con total libertad; aunque agregué que hay algo de autocensura o autorregulación en muchos casos, y que también existe un ejército de troles y de fanáticos que insultan, agreden o denigran a las personas que se atreven a pensar con libertad o a criticar ciertas políticas o fenómenos vinculados al gobierno; y además, que habían algunos casos de periodistas, políticos o analistas en autoexilio, pero por otras razones diversas, algunas de ellas vinculadas a sus posiciones políticas. También añadí que el gobierno ha creado sus propios aparatos de comunicación, y premia y castiga con la pauta publicitaria y hay demasiada información reservada.  

¿Y cuál es la postura de los empresarios respecto al gobierno…? ¿Son críticos? Mi respuesta fue: aparentemente hay cuatro posturas;

1) algunos hacen negocios con el gobierno y no les conviene criticar;

2) otros le tienen "la cola pateada" por asuntos tributarios y otras irregularidades que los hace vulnerables, callados;

3) también hay muchos que son pragmáticos y no les interesa la política sino hacer dinero;

y 4) Hay sectores inconformes o preocupados por la situación política pero prefieren no opinar al respecto.

Pero en general, el empresariado ha cambiado y mucho y ha sido "disciplinado" de modo forzado. La beligerancia y las preocupaciones democráticas que había respecto a las amenazas por los gobiernos de izquierda desapareció, aunque lo que vivimos ahora parece ser más peligroso que la izquierda.

Y agregó otra pregunta: ¿es El Salvador un país más seguro? La seguridad ciudadana ha mejorado sustancialmente, las pandillas desaparecieron del escenario, y esto ha impactado significativamente en el imaginario y en la realidad de la gente, ya no se paga extorsión, los homicidios bajaron drásticamente y el turismo se ha incrementado; pero la seguridad democrática y jurídica, que en teoría es superior y debe ser "integral e indivisible", tal como lo exige el "Tratado Marco de Seguridad Democrática de Centroamérica", ésta, brilla por su ausencia… y es clave para atraer inversión extranjera, crear más empleos y crecer a nivel económico.

En general, todo ha cambiado y mucho…; inclusive la academia, los gremios profesionales, las cámaras empresariales, las iglesias, artistas, etcétera, están en un estado de "catalepsia" ; se ha ido creando una atmósfera muy cauta, con mucho temor y precaución, en esta "aparente" democracia en la que vivimos.

Pero hay un doble rasero: Una cosa es lo que se puede decir o manifestar en público, y otra cosa muy distinta es el mundo de las reuniones privadas, rumores y el imaginario de lo que muchos actores piensan sobre las circunstancias políticas que vivimos.

Hemos optado por aparentar, por disimular, por callar; antes éramos mucho más espontáneos y pese a la corrupción rampante había seguridad jurídica, Estado de Derecho, cierta independencia de poderes y todo funcionaba mejor. ¿Cómo…?, pero si antes estaban los mismos de siempre y ahora todo ha cambiado… 

¿Qué ha cambiado…?  El caso de la Asamblea Legislativa es un espejo de nuestra cultura política. El cambio fue "aparente", en realidad todo sigue intacto, con las mismas prácticas y problemas, con la "leve" diferencia de que ahora el poder está concentrado en una sola persona…

Los líderes del país se adaptan o fingen…; es decir "aparentan" navegar en un escenario perplejo, midiendo lo que dicen y cómo lo dicen, para no arriesgar nada en un entorno volátil y ocurrente. La democracia que conocimos ya no existe, esto es otra cosa…

¿Dónde estamos parados a nivel político…? En una especie de "reino" en dónde cualquier cosa puede ocurrir; en dónde el sistema legal es como una caja de herramientas que se puede utilizar para una cosa u otra según convenga; en dónde no se respeta la Constitución, las leyes y normas. Parafraseando a Platón diríamos que estamos en una especie de "Timocracia"… un sistema que surge de la degeneración de la aristocracia política y el punto medio entre aristocracia y oligarquía. Pero me atrevería hacer una interpretación más literal y fundamentalista; no me referiría al "Timo" como Honor o a la capacidad de renta, sino a un concepto más llano y básico: "Estado de ánimo" (Gr. Thymus).

En nuestro escenario actual sigue siendo importante el perverso "Ver, oír y callar", y existe una especie de oráculo que define el bien y el mal, lo justo y lo injusto, lo legal o ilegal, lo correcto o incorrecto; y esto es incuestionable y nadie se atreve a criticar o cuestionar. Pero en apariencia todo funciona de modo distinto… 

No hay un plan, sino ocurrencias…; cada día que amanece puede traer la sorpresa de algo nuevo: crear un hospital fuera de lugar, establecer un criptoactivo como moneda de curso legal, organizar unos juegos deportivos o Miss Universo, crear una mega cárcel, hacer un aeropuerto en dónde no se necesita, cambiar de opinión respecto a la reelección, concesionar puertos, bajar los precios de los productos por mandato político, desarrollar relaciones empáticas con la República de China, lo que sea, con dispensa de trámite, sin discusión ni debate; a esto se le podría llamar también "medicina amarga…" ¿Dónde estaba planificado todo esto…?

En síntesis, hay cosas que parecen pero no son, y otras que son pero no parecen…; esta es la paradoja de las apariencias, vivir en una realidad paralela, confundiendo hechos fácticos con probabilidades, disimulando, callando, esperando el fracaso, la contradicción lógica de todo; decir o pensar algo y hacer otra cosa radicalmente contraria. Como diría Nicolás Maquiavelo: "Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos…".

 Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor. 

Investigador Educativo/opicardo@uoc.edu

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Balances Políticos Educación Opinión

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