El estudio “Contagion in Mass Killings and School Shootings” (2015) de Sherry Towers, Andres Gomez-Lievano, Maryam Khan, Anuj Mubayi y Carlos Castillo-Chavez, encontró evidencia significativa de que los asesinatos en masa que involucran armas de fuego están incentivados por eventos similares en el pasado inmediato (en contextos de fácil acceso a armas de fuego); también presentó evidencia significativa de contagio en tiroteos escolares, para los cuales un incidente es contagioso durante un promedio de 13 días, e incita un promedio de al menos 0,22 nuevos incidentes ( p = 0,0001). Para esta investigación se utilizó un “modelo matemático de contagio de autoexcitación”, utilizando una distribución de probabilidad exponencial para simular este proceso.
El objetivo no es reflexionar sobre los tiroteos masivos en las escuelas, ni discutir sobre modelos matemáticos, sino abordar el fenómeno de las “conductas contagiosas” desde la perspectiva de la psicología social.
En la literatura existe “contagio emocional” y las “conductas contagiosas”. El contagio emocional desencadena emociones y comportamientos similares en otras personas, ocasionando un mimetismo automático y la sincronización de expresiones, vocalizaciones, posturas y movimientos de uno con los de otra persona, generalmente asociado a un ambiente o fenómeno particular. Las conductas contagiosas -pudiendo ser efecto copycat o efecto Werther o no- es un comportamiento imitativo a partir de un referente emblemático o importante, el cual ocasiona un efecto epidémico en otras personas.
Se podrían tomar como puntos de partida para el análisis: a) la atmósfera política que vive un país; b) los altos niveles de aprobación de un presidente; c) la transferencia de la imagen y popularidad de un presidente a otros funcionarios de gobierno; d) el rechazo ciudadano a un sector; e) la creación de paradigmas o narrativas.
La hipótesis de la reflexión apunta a un fenómeno de masas, pero más concretamente al tópico de “conductas contagiosas”. A la base de este tema se puede situar un componente tecnológico, ya que este contagio se vehiculiza a través de redes sociales.
En los antecedentes se encuentran otros fenómenos similares: “Primavera Árabe” (2010-2012) o “Chalecos Amarillos” (2018). En estos contextos hay un caldo de cultivo, un malestar acumulado y un humor social de enojo.
Luego aparece un “Triger” que dispara las reacciones locales, las cuales se encadenan exponencialmente en redes sociales y son alimentadas con vectores comunicacionales instigadores que antagonizan y agudizan, hasta llegar a un nuevo escenario. Aquí todo lo digital suma y sirve: Twitter, YouTube, Facebook, Instagram, WhatsApp, Memes, etcétera.
¿Es una estrategia de marketing o comunicación?; posiblemente sí, pero hay más. El comportamiento o conducta es, en términos psicológicos, un conjunto de respuestas, frente a un entorno o estímulos. Puede ser consciente o inconsciente, voluntario o involuntario, etc. según las circunstancias que lo afecten.
Detrás de las conductas hay una realidad cultural, familiar y educativa; hay una cosmovisión y una axiología. Sociedades o individuos cultural o educativamente más fuertes pueden estar inmunes a estos contagios colectivos o fenómenos de masa.
Desde el punto de vista psicosocial, el contagio conductual suele analizarse desde las reacciones emocionales en situaciones caóticas ocasionadas por emergencias o alarmas; así, grupos humanos reaccionan con agitación motriz, desorientación, compulsión, sugestionabilidad y otras alteraciones o distorsiones perceptivas.
Desde otro punto de vista, la histeria colectiva (enfermedad psicogénica de masas) es un caso de ataque de ansiedad en grupo. Se caracteriza porque aparecen una serie de síntomas psíquicos y físicos que se van propagando en un colectivo. Como en un efecto dominó, los síntomas se van contagiando.
Muchos habrán vivido episodios de euforia y descontrol emocional en los estadios o conciertos; el colectivo se hace “uno” y la identidad se diluye. Esto que describimos se parece, pero es más sofisticado y funciona en encadenamientos grupales o personales.
Existen procesos semi-masivos de envío de información digital; referencias de autoridades comunales o familiares; repetición de contenidos; uso de troles en redes sociales; señalamientos persistentes de errores del pasado; satisfacción vicarial o aspectos proyectivos; mesianismo; son algunas de las herramientas que se pueden utilizar para facilitar las conductas contagiosas.
Se podría incorporar en el análisis el concepto de “moda”. En términos generales, la moda puede ser definida como un mecanismo que regula las elecciones de las personas ya que, por una especie de presión social, indica a la gente qué debe consumir, utilizar o hacer. La moda se convierte en un hábito repetitivo que identifica a un sujeto o a un grupo de individuos. Se trata de una tendencia adoptada por una gran parte de la sociedad.
Las modas suelen generar nuevas “tendencias” que alteran un comportamiento normal o típico; detrás de una moda existen aspectos emocionales, psicológicos y estructurales, gestionadas por pioneros, Influencers o Influyentes, quienes impulsan un cambio en el inconsciente colectivo (personas que no están conectadas entre sí comienzan a actuar o pensar de la misma manera). Los influyentes están conectados con un segundo círculo de sujetos: TrendSetters o Early adopters; los Early adopters o adoptadores tempranos son los encargados de que una tendencia se convierta en moda y llegue a los seguidores o Followers.
Otro punto de vista es el “The Tipping Point” que presenta Malcolm Gladwell en su libro (2000). Gladwell define un punto de inflexión como "el momento de masa crítica, el umbral, el punto de ebullición"; su teoría busca explicar y describir los "misteriosos" cambios sociológicos que marcan la vida cotidiana; las ideas, los productos, los mensajes y los comportamientos se propagan como lo hacen los virus.
Gladwell describe las "tres reglas de las epidemias" (o los tres "agentes de cambio") en los puntos de inflexión de las epidemias: 1.- La ley de los pocos (el éxito de cualquier tipo de epidemia social depende en gran medida de la participación de personas con un conjunto particular y poco común de dones sociales); 2.- El factor de adherencia (se refiere al contenido específico de un mensaje que hace que su impacto sea memorable); y 3.- El poder del contexto (el comportamiento humano es sensible a su entorno y está fuertemente influenciado por él).
La gente comparte, difunde, se identifica, copia y se contagia; generando una magnitud epidémica o endémica; los nacionalismos patológicos, el racismo, la aporofobia, son algunas de las creencias compartidas que configuran comunidades, regiones o países. Es algo demasiado real.
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