La reciente crisis diplomática entre Ecuador y México ha generado preocupación no solo en el ámbito político, sino también entre las poblaciones migrantes ecuatorianas que dependen de la protección y solidaridad de los países receptores. El incidente, en el que el gobierno ecuatoriano irrumpió en la embajada de México en Ecuador para recuperar a un ciudadano ecuatoriano refugiado en calidad de asilado político, ha puesto de manifiesto las complejidades y tensiones que existen entre las realidades diplomáticas y las realidades de las poblaciones.
México ha sido históricamente un refugio y protector de la familia ecuatoriana, brindando asilo y apoyo a aquellos que huyen de la persecución política y la violencia en su país de origen. Sin embargo, la ruptura de relaciones entre ambos países y la amenaza de México de no aceptar más solicitudes de asilo y refugio plantea un escenario preocupante para los migrantes ecuatorianos.
Si México decide no aceptar más solicitudes de asilo de ciudadanos ecuatorianos, esto tendría un impacto devastador en aquellos que buscan protección internacional. Muchos de estos migrantes se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad, huyendo de la violencia, la persecución y la inestabilidad política en Ecuador. La negativa de México a recibirlos dejaría a estos individuos desprotegidos y expuestos a mayores riesgos en su búsqueda de seguridad.
Además, si México comienza a solicitar visas a los migrantes ecuatorianos, esto podría aumentar la vulnerabilidad de la población migrante irregular en su ruta hacia los Estados Unidos. Las personas que buscan una vida mejor y huyen de la pobreza y la inestabilidad económica en Ecuador podrían enfrentarse a mayores obstáculos y riesgos en su camino, siendo más propensos a caer en manos de traficantes de personas y redes criminales.
En este contexto, es crucial que la comunidad internacional, y en particular organizaciones como ACNUR y la OIM, se pronuncien y tomen medidas para proteger los derechos de los migrantes ecuatorianos. ACNUR debe trabajar en colaboración con los gobiernos de la región para garantizar que los solicitantes de asilo reciban la protección y el apoyo que necesitan, independientemente de las disputas políticas entre países. La OIM, por su parte, debe diseñar estrategias efectivas para abordar los desafíos que enfrentan los migrantes irregulares en su ruta hacia Estados Unidos, proporcionando asistencia humanitaria y promoviendo vías seguras y legales de migración.
En última instancia, la crisis diplomática entre Ecuador y México pone de relieve la importancia de respetar el derecho internacional y proteger los derechos humanos de todos los individuos, independientemente de su nacionalidad o estatus migratorio. Es fundamental que los países trabajen juntos para abordar las causas subyacentes de la migración y encontrar soluciones duraderas que promuevan la seguridad y el bienestar de todos los migrantes
Director AAMES
Asociación Agenda Migrante El Salvador