El cambio de política de la Reserva Federal, que ha pasado de altas tasas de creación monetaria y bajas tasas de interés a retiro de dinero del mercado y altas tasas de interés, va a tener consecuencias depresivas en la economía en general. Las políticas, sin embargo, son inevitables porque son las únicas que pueden controlar la inflación. Tiene otro lado positivo, además. La excesiva creación monetaria ha llevado a mucho desperdicio, visible en las compras de activos improductivos y altamente especulativos como los bitcoins, que han causado pérdidas enormes a particulares en todo el mundo y a nuestro gobierno. El apretamiento de la oferta monetaria ha causado ya la caída estrepitosa del precio del bitcoin y otras criptomonedas. También está creando incentivos para orientar mejor las inversiones, sacándolas de proyectos que se volvieron atractivos solo por el exceso de dinero y pasándolas a proyectos más sólidos.
Tome el caso de Facebook, una empresa altamente exitosa que ahora está cambiando de rumbo y enfrentándose a muchas dudas sobre la sabiduría de ese cambio. Hace aproximadamente un año, Mark Zuckerberg, presidente de Facebook, anunció que en ese momento él estaba cambiando el nombre de la empresa a META para enfatizar que de allí en adelante su prioridad ya no iban a ser las redes sociales sino el desarrollo del Metaverso.
El mercado ha recibido los nuevos planes de META porque sus productos no han sido ni siquiera definidos con algún grado de precisión. El metaverso es un espacio virtual en el que se puede modelar el mundo, el que existe o alguno que usted se invente. Usted puede lograr que todo en su metaverso corresponda con lo que existe en la realidad, de modo que cada quien podrá tener un avatar —un muñequito virtual representándolo— y todo lo que pudiera rodear la vida de una persona, incluidos una o varias viviendas, carros, muebles, ropas, etc., y hacer todas las cosas que una persona puede hacer —como comer, dormir, estudiar, nadar, jugar golf o cualquier deporte, sin tener que moverse de su computadora. Para tener acceso a todas estas cosas, los clientes tendrán que pagar por cada una de estas cosas precios iguales o mayores que los que pagan en la vida real. Zuckerberg estaba seguro de que el futuro está en ese metaverso.
Suena bien bonito e interesante. Pero, ¿por qué alguien va a gastar, digamos, $200,000 para comprarle un apartamento a su avatar en la computadora en vez de comprárselo a él mismo en la realidad? ¿Por qué comprarse un Porsche de mentiras por el mismo precio que un Porsche de verdad? Los que proponen el metaverso dicen que la tecnología puede tener usos muy serios como tener reuniones a distancia, representado por el avatar. Pero, quién va a querer hacer eso en vez de comunicarse por Zoom. El metaverso puede usarse para hacer simulaciones pero esas es mejor hacerlas en espacios especializados. Por ejemplo, si usted quiere simular una turbina de gas, usted necesita un simulador que simule todo lo importante para una turbina, que nunca se va a incluir en una simulación para centros comerciales. Todavía no hay ni una aplicación que lo use que no sea un juego. Jugarse la empresa Facebook por el metaverso da la impresión de ser una manifestación más de la falta de sentido común en los negocios y la política que ha caracterizado a los últimos años.
El mercado de valores confirma esta impresión. El precio de las acciones de META ha caído en más del 80% desde que Zuckerberg anunció el cambio. La caída del precio de algo, como el bitcoin y como estas acciones, indican que la gente ha sacado capital de los bitcoins y estas acciones y las ha metido en otras inversiones que consideran más rentables y más capaces de pagar los intereses más altos. Es decir, han pasado sus fondos a inversiones más eficientes. Esto tiene base en el comportamiento de la empresa. META había pensado que iba a tener 500,000 usuarios activos en Horizon Worlds, el nombre del producto principal de META. La proyección ahora es de sólo 280,000 usuarios. Hace un par de semanas, Zuckerberg anunció que estaba despidiendo 11,000 trabajadores, o el 13% de su personal. En el caso del bitcoin, todo está reventando.
Esto indica que las tasas de interés más altas están haciendo que el sentido común regrese al mundo de las inversiones. La gente está dándose cuenta de que el dinero que creían que no les costaba nada para comprar bitcoins sí les está costando porque lo están perdiendo. Igual, se han dado cuenta de que las ideas “cool” sirven para engañar gente, pero no para ganar o mantener los dineros propios o del pueblo.
Máster en Economía
Northwestern University