Diferencias entre 2019 y 2024

Vergonzoso derroche de fondos públicos, patética puesta en escena de otro evento propagandístico y de culto a la personalidad del actual mandante, sucedió el 01/06/2024. Ruptura con lo anterior, empezando por la Constitución, la legalidad y la legitimidad.

Veamos otras diferencias:

*Se llamó “Investidura presidencial”, porque, obviamente, no habría transmisión de mando. Los afiches alusivos, parecidos a los utilizados por la embajada de USA, sustituyendo al águila por un torogoz que pareciera estar crucificado. ¿Aviso de lo que nos espera?

*Sesión Solemne de la Asamblea Legislativa en el Teatro Nacional, al que desbutacaron, instalando 60 curules para los diputados y alfombrando todo de rojo, pasillos incluso, por donde salió el presidente de ese Órgano, para ir a juramentar al mandante en el Palacio Nacional. Los 56 diputados restantes (no asistieron 3 opositores), siendo actores principales, fueron absolutamente ninguneados. ¡Tomen nota!

*Investidura Presidencial: ausente quien, durante el tiempo que duró la “licencia” otorgada al presidente para que hiciera (continuara) campaña electoral, debió sustituirlo, como dice la ley. Nunca la vimos, ni sabemos si fue o no juramentada, porque los diputados se contradecían al respecto. Fue ignorada totalmente. Ella debió entregar al presidente Castro la banda presidencial en uso, para que él se la impusiera al actual mandante. Ausentes también los Gabinetes saliente y entrante, que antes asistían. Es decir, cuando éramos República.

*Juramentación: rodeados por infinidad de guardaespaldas, llegó por fin el mandante junto a la primera dama, él luciendo una túnica deslumbrante en su hechura y sus bordados en oro, caminando característicamente sobre la alfombra roja al compás de una música que necesito que alguien me instruya, porque no logré identificarla. No era La Granadera, marcha tradicional (¡ah, por eso la omitieron!) con la que se recibía al Presidente de la República. Desde la terraza del segundo piso, obligó a sus invitados VIP a levantarse y voltearse para saludarlo. Bajó, besó la bandera, entregaron una ¿Biblia?, a la primera dama para que el mandante colocara allí su mano y Castro, después de unas frases inventadas, que no son parte de la toma del juramento, finalmente preguntó si prometía bajo su palabra de honor, etc., a lo que el mandante, (quien anteriormente ya juró en vano cumplir la Constitución) contestó ¡Juro! Y el otro dijo: queda investido como presidente “constitucional” (bis). Otra palabrita queriendo componer la situación. Duelo nacional.

*Discurso: Al estilo de los ganadores del Oscar. Gracias a toda su familia, más autoalabanzas y exigencia de fe y lealtad ciega a sus súbditos. Y la eterna siembra de odios que acostumbra, a pesar de mencionar a Dios muchísimas veces. ¿Reconocido por el 100% de países del mundo? Ni en sueños. Luego, desfile militar y poses familiares, imitando a la realeza que saluda desde el balcón del Palacio de Buckingham. ¿Anunciando una dinastía?

*Invitados: pocos fueron enfocados, posiblemente para no robar cámara al mandante. Y recordé que, hace cinco años, dos de los más entusiastas invitados presentes fueron Neto Muyshondt, entonces Alcalde de San Salvador, quien se desvivió por hacer de ese evento algo memorable; y Alejandro Muyshondt, amigo cercano y posterior hombre de confianza del mandatario que asumió el 01/06/2019. Ambos, ausentes en esta ocasión. El antes y el ahora.

Son pequeñas grandes diferencias que hacen reflexionar. Que el Divino Salvador tenga misericordia de este país que lleva Su Nombre.

Empresaria.