Los gobiernos populistas prometen dedicar todos sus esfuerzos a mejorar la salud y la educación para superar la pobreza, cuando la realidad es que les conviene mantener al pueblo en la ignorancia para mantenerse en el poder y lucrarse de sus beneficios. Esta es la dolorosa realidad del país gracias al bukelismo.
Llevamos un año de régimen de excepción que, según las autoridades, ha terminado con la delincuencia porque ha encarcelado a 65,000 terroristas, para los que tiene ya preparada la cárcel más grande del mundo, y que quienes allí entren, no verán jamás la luz del sol. ¿Se establecerá en el país la cadena perpetua, no contemplada en nuestra legislación? No les importa a las autoridades de seguridad llamar terroristas a miles de salvadoreños inocentes, sin esperanza de un debido proceso y que además ha condenado a sus familias a endeudarse para cumplir con la compra obligatoria de los kits, algunos de los cuales cuestan más de $100 porque incluyen material de limpieza paras las celdas.
Servicios hospitalarios pésimos, desabastecidos hasta de lo elemental, con el mejor hospital de América, un cascarón vacío con maquilladas fachadas que ha costado millones y la eterna promesa incumplida de un Hospital Rosales del primer mundo, pero cuyos fondos no se sabe qué destino tuvieron. La construcción de una escuela diaria durante los próximos cinco años, se quedó en promesa para poder cumplir el capricho presidencial de comprar un Bitcoin cada día. Y las familias de los médicos fallecidos durante la pandemia, por trabajar sin el equipo adecuado, sin el bono de $30,000 que Bukele prometió.
Pero la receta populista de mantener al pueblo en la ignorancia lo demuestran los resultados de la encuesta de LPG Datos, entre los que destacan las respuestas relacionadas con la reelección presidencial. 53.9% apoyan la reelección y votarán por NI. Y aunque un 37% saben que la Constitución prohibe la reelección, votarán por Bukele. Un 34.9% opina que la Constitución permite la reelección inmediata contra un 24.9% que saben que no la permite. Finalmente 68.3% tiene una opinión positiva del trabajo realizado, 67.9% cree que la Constitución debería permitir la reelección inmediata.
Es triste escuchar las declaraciones dramáticas de madres, esposas o hijas esperando frente a los penales información sobre sus hijos, de quienes lamentan la desaparición de un familiar o están siendo despojados de sus propiedades para la construcción de la mega cárcel o del futuro aeropuerto, que a pesar del daño que se les ha causado, se conforman porque “como el Presidente es el que manda, no hay nada que hacer”. Y al mencionarles la posible reelección creen que “como el pueblo lo quiere” según afirmó el presidente de la Asamblea en sus mítines en los Estados Unidos, que se les ha dado un cheque en blanco. ¡Cómo no les va a convenir mantener al pueblo en la más supina ignorancia, para poder manejarlo a su antojo!
También los funcionarios hacen gala de ignorancia en sus declaraciones a los medios, reñidas con el sentido común, con la Constitución y las leyes de la República. Lo demostraron al dar un paso más en la destrucción de la democracia para asegurarse de que Bukele se perpetúe en el poder quitando la prohibición de realizar reformas electorales en el año anterior a la elección. Pero la bancada cyan derogó un decreto equivocado, porque el artículo 291-A que suprimieron corresponde al Código Electoral publicado en el DO el 26 de julio de 2013, cuando el artículo que querían suprimir, no existía en el 2013 porque fue incorporado hasta el 2016 mediante Decreto Legislativo 391 publicado en el DO el 22 de julio de esa fecha. ¿Se habrán dado cuenta de la metida de pata?
Maestra.