“LA RAZON DE SER DE LA FUERZA ARMADA ES LA DEFENSA NACIONAL”
La historia de El Salvador está plagada de héroes civiles y militares en la ejecución de la Defensa Nacional. Manuel José Arce, fue sin duda alguna un ciudadano y soldado ejemplar, que junto con los sacerdotes José Matías Delgado y los Hermanos Nicolás, Vicente y Manuel Aguilar, apoyados por otros patriotas, iniciaron en 1811 el procesa de independencia de Centroamérica, aprovechando la coyuntura histórica que daba los espacios políticos y sociales para ello.
Napoleón Bonaparte había invadido España en mayo de 1808; y con ello obligó a Abdicar al Rey español Fernando VII, e impuso en el trono de España a su hermano José Bonaparte. Ese fue el principio del fin del gran imperio español, que en el siglo XV había logrado expulsar finalmente a los Árabes de la Península Ibérica, que los habían gobernado durante casi 800 años; y que, habiendo descubierto América Cristóbal Colón, España se había constituido en el imperio más rico y poderoso del mundo moderno.
Las colonias españolas en América no tardaron en darse cuenta de que el poder militar de Napoleón Bonaparte había doblegado a España y les habría una puerta por la cual podían transitar a una vida independiente; y comenzaron a gestar sus movimientos insurreccionales, que los llevaron finalmente a alcanzar la independencia y autodeterminación como pueblos soberanos, libres del dominio del imperio español.
Para el 15 de septiembre de 1821, se decreta la independencia de Centroamérica y comienza una vida llena de esperanza; lo cual se vería truncado a muy corto plazo, dado que, en noviembre de 1821, Agustín de Iturbide y Arámburu designado por el congreso como Emperador de México, ordenó mantener a Centroamérica como parte del Imperio Mexicano.
La Intendencia de San Salvador, que incluía San Salvador, Santa Ana, San Miguel y San Vicente, Junto con la Alcaldía Mayor de Sonsonate, se negaron a ser parte del Imperio Mexicano de Iturbide, por lo cual, el imperio designó en diciembre de 1821 al Brigadier Italiano Vicente Filísola para someter la insurrección, bajo la responsabilidad directa del Brigadier Gabino Gainza que había sido nombrado Capitán General Interino de Guatemala.
La Guerra fue inevitable y luego de arduos combates y batallas, el 21 de febrero de 1823, estando al mando de la defensa el Coronel Antonio José Cañas, dado que El General Manuel José Arce había caído enfermo, San Salvador se rinde y es ocupado por tropas mejicanas.
Por su parte en marzo de 1823 en México el General Don Antonio López de Santana, que había encabezado una insurrección contra Iturbide, triunfa en su cometido y con ello termina el interés de la invasión y sometimiento de San Salvador, bajo el imperio de México.
El 7 de mayo de 1824, el congreso constituyente emite la ley de creación de “La Legión de la Libertad”, nombrando como Comandante General a Manuel José Arce; y con ello nace a la vida institucional este Ejército, que con el correr de la historia hoy llamamos orgullosamente Fuerza Armada de El Salvador.
Hoy cumplimos 200 años de vida institucional, en la cual nuestros veteranos y milicias de 1824, conducidos por oficiales y clases que se hicieron líderes en el campo de batalla, sentaron las bases de esa disciplina y mística institucional que nos caracteriza, y que permitió que generación tras generación de soldados salvadoreños, desarrollaran y fortalecieran el poder y la capacidad de la Institución Militar que hoy tenemos.
Nuestro Respeto y eterna gratitud a todos nuestros héroes heridos y muertos en combate, que, a través de la historia fieles a su juramento de soldado salvadoreño, entregaron su juventud y su vida para defender la patria que hoy como buenos hijos suyos hemos heredado para seguirla defendiendo aún a costa de nuestra vida.
¡SALUD, SOLDADO SALVADOREÑO!