El 10 de mayo celebra año tras año el Día de la Madre en El Salvador. Muchas personas han aprovechado para visitar al ser que les dio la vida y que aún vive; otros visitan el nicho de ese ser amado que en un momento dejó esta vida, y así sucesivamente encontramos diversas peculiaridades para esas fechas. Sin embargo, nuestra sociedad cambiante y dinámica ha demostrado en reiteradas ocasiones las modalidades y roles que otros seres humanos ejecutan en un núcleo familiar como, por ejemplo, las abuelas que ejercen un rol maternal.
Las abuelas son especiales. La empatía emocional, la experiencia de vida, la interacción de abuelas en buscar sentir y comprender lo que sus nietos/as sienten, tanto en momentos de alegría como en momentos de dolor o angustia, refleja la trascendencia de ese rol maternal que pueden llegar a tener estas personas como pilar de una determinada familia.
Es interesante resaltar un articulo publicado por National Geographic titulado: “Abuelas: mucho más que segundas madres”, el cual destaca esa influencia que las abuelas pueden llegar a tener en un niño/a de manera única, reflejando datos científicos que arrojan como el cerebro de una abuela puede llegar a ser tan diferente. El estudio al que se hace referencia, destaca las funciones cerebrales de las abuelas y su desempeño en la vida social y desarrollo, siendo un aspecto de suma importancia en la experiencia humana. De hecho, el mismo estudio arroja que las abuelas demuestran una mayor actividad en las áreas del cerebro que se relacionan con la empatía cognitiva al ver, por ejemplo, recuerdos como fotografías, videos y memorias, lo cual despierta ese grado de participación en muchas de ellas para con sus nietos.
Pero más allá de la parte científica, lo más importante es reconocer el rol que una abuela puede tener como madre, convirtiéndose en mama por segunda vez. Mamá de los nietos/as que para ellas llegan a significar un segundo aire de vida ya que en muchas ocasiones los hijos/as han alzado vuelo y el temor de quedarse solas no deja de agobiarlas. Por ello, quienes aun poseemos el privilegio de contar con abuelas que fueron nuestras madres debemos aprovecharlas al máximo y comprenderlas, ser tolerantes y recordarnos que, así como estos seres humanos pusieron su empeño en corregirnos, atendernos y orientarnos, es el momento en el que ese rol de cuidado acompañamiento nos toca a nosotros para con ellas.
Que el Día de la Madre no únicamente sea el 10 de mayo sino que se extienda todos los días del calendario, pero que también incluya a las súper abuelas que a pesar de los años continúan tratando de salir adelante para fortalecer y acompañar a sus familias que tanto dependen de ellas. Felicidades a todas las abuelas que son mamás, que Dios las cuide y les dé abundantes bendiciones por hacer un papel social y familiar sin precedente alguno. (Dedicado a mi madre Ana Elsie que decidió ser mamá por segunda vez en su vida para este servidor que les escribe).
Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas, Decano de la Universidad Nueva San Salvador