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La desesperación vial

Los espacios pertenecientes a la ciudadanía y al peatón en poco tiempo el parque vehicular se verá en la obligación de reducirse y reestructurarse, así como el transporte público. Cada vez el país adquiere más compromiso por reducir sus emisiones, y es necesario demostrar en las cumbres del clima de las Naciones Unidas que se están haciendo grandes esfuerzos.

Por Carlos Francisco Imendia

Durante los gobiernos de hace 30 años tomó mucha relevancia en términos de infraestructura y obra pública lo de la conectividad.


Se había visto con visión muchos proyectos y quizás con cierto presagio del descomunal crecimiento del parque vehicular en la actualidad, a tal punto que el famoso anillo periférico, Carretera de Oro uniera el Redondel de la Integración, el bulevar Constitución, la Troncal del Norte, la carretera a Quezaltepeque, El Jabalí y Opico, uniendo el oriente con el occidente del país en una obra de infraestructura muy ambiciosa que funciona hasta nuestros días, aunque con sus pros y contras.


Pero con el crecimiento urbanístico e industrial en las zonas de Nejapa y el extenso valle, sobre el manto acuífero, generó que en las primeras dos décadas del siglo XXI el parque vehicular aumentará y la incipiente idea de la conectividad fuera perdiendo fuerza por el creciente parque vehicular, más de un millón en el área metropolitana de San Salvador y creciendo en sus alrededores.


Después de los gobiernos de 30 años atrás y para darle seguimiento a los planes de infraestructura vial del pasado, los gobiernos de los dos quinquenios culminaron el famoso y controversial (por su alto costo y su trama de corrupción) bulevar Diego de Holguín ( Primer alcalde de Ciudad Vieja, La Bermuda) ahora Oscar Arnulfo Romeo ( Primer santo salvadoreño). Esta colosal arteria previó en su momento descongestionar gran parte de la carga vehicular que saturaba Santa Tecla proveniente del occidente del país. Aún cumple dicha función aunque al terminar desemboca en un cuello de botella.


En la actualidad se le sigue apostando a la idea de los pasos a desnivel y rotondas, todo con el afán de alcanzar un descongestionamiento sostenible y perfecto y que nuestro país se siga reivindicando como un atractivo para la logística regional, así como se vendió en su momento el famoso anillo periférico.


Pero la saturación vehicular de hoy en día hace que pasemos buena parte de nuestra vida en el interior de los vehículos o del transporte colectivo, la muerte de la conectividad (como término) resurge el término de movilidad en medio de la desesperación vial diaria.


Seguimos aún en sistemas obsoletos de transporte público, con una estructura viciada y que promete poca inversión para el usuario y el medio ambiente, además el tren guardado en un museo, el desmantelamiento del proyecto Sitramss, etc. Volvemos a ser esclavos de antiguos parámetros y de seguir así, llegaremos a estar tan saturados de vehículos que eso nos obligará a caminar o a optar por medios como la bicicleta y en algunos casos los scooters.
A pocas semanas de COP27 (Sharm El Sheikh Egipto del 6 al 18 de noviembre), nuestro país quizás ya va un poco mejor preparado con acciones implementadas, entre ellas el plan piloto de ciclo vías y el compromiso que pueden estar adoptando las autoridades para estimular su uso. Sin duda que es una excelente iniciativa, sin embargo has mucho trecho en recorrer y alcanzar las grandes metas para la descarbonización, una de ellas es reducir la dependencia de los combustibles fósiles, pero otorgar subsidio a los combustibles es retroceder en el avance de esas metas, así como los impuestos que se le gravan a cada galón de gasolina, etc.


Ahora bien, hay otros grandes avances de transformación. Cambio de hábitos de consumo y eso ha sido la introducción y promoción de la movilidad eléctrica, la cual está siendo apoyadas por ambos sectores, público y privado, y como testimonio personal, ya he visto en un lapso de una semana al menos dos vehículos eléctricos circulando por las calles.

Los espacios pertenecientes a la ciudadanía y al peatón en poco tiempo el parque vehicular se verá en la obligación de reducirse y reestructurarse, así como el transporte público. Cada vez el país adquiere más compromiso por reducir sus emisiones, y es necesario demostrar en las cumbres del clima de las Naciones Unidas que se están haciendo grandes esfuerzos. Aspectos como reducir o cambiar las flotas vehiculares de los ministerios, implementar la electro movilidad en los mismos, mejorar el sistema de transporte de empleados de gobierno, será necesario sopesar a mediano plazo.


La desesperación vial debe disiparse con buenas estrategias sostenibles, los ciudadanos merecemos ciudades sostenibles dignas y que no estemos subyugados al infernal ritmo lento, subdesarrollado y destructor del tráfico actual.
Publicista y ambientalista


Publicista @Chmendia

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Accesos Urbanos Infraestructura De Transporte Urbano Medio Ambiente Opinión

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