Crecer es aumentar en una o varias dimensiones un determinado parámetro del entorno, y desmesurado, es que la diferencia entre las cifras anteriores y las siguientes sobrepasan la expectativa normal, tiende a salirse de control y causar daños o complicaciones en contra de los sujetos a los que se refiere el crecimiento. Por ejemplo, el crecimiento desmesurado de la población, se vuelve contra la población que la crea. El crecimiento desmesurado de la obesidad se vuelve contra las personas que y sienten los riesgos de las enfermedades ligadas a la obesidad. El crecimiento desmesurado de la emigración se vuelve en contra de los que quieren emigrar por el alto costo en dinero, riesgos y sufrimientos de emigrar ilegal. El crecimiento desmesurado de motocicletas se vuelve contra los motociclistas incrementando su riesgo de accidentes. El crecimiento vehicular se vuelve en contra de todos por los tiempos de transporte de la casa al trabajo, el costo de los combustibles y la polución atmosférica. El crecimiento desmesurado de la producción de plásticos incrementa la contaminación de los ríos, lagos y mares y afectándonos a todos, pues, sin darnos cuenta, el microplástico se introdujo en las cadenas alimentarias. El crecimiento desmesurado del gasto público, termina afectando la calidad y prontitud de los servicios y posiblemente las pensiones de jubilación. El crecimiento desmesurado de las enfermedades, termina causando muchas muertes, el ejemplo más reciente, la pandemia del covid-19. El crecimiento desmesurado de los alumnos termina afectando la calidad de la educación. El crecimiento desmesurado de la invasión de productos de los países asiáticos, termina creando desempleo y polución de productos de un solo uso. El crecimiento desmesurado de la deforestación termina generando sequías y reduciendo el consumo de dióxido de carbono por las plantas y la producción de oxígeno. El crecimiento desmesurado del irrespeto a las leyes y a las buenas maneras termina volviéndonos apáticos y desinteresados por todo.
Y analizando la procedencia de cada crecimiento desmesurado, detrás hay negocios que benefician a unos y afectan directa, indirecta o colateralmente a todos. De ahí, que para la sostenibilidad, la sustantabilidad y garantizar una calidad de vida sana a corto medio y largo plazo, se requiere voluntad política, leyes, reglamentos y educación, para reducir los riesgos de cada uno de los crecimientos desmesurados y al mismo tiempo seguir reduciéndolos, pues está creciendo la conciencia de frenarlos. Esta reflexión me vino de la encuesta sobre la “Pobreza Farmacéutica” de la Universidad Francisco Gavidia, que revela que el 43%, o uno de cada tres salvadoreños, no tiene recursos para comprar los medicamentos para sus enfermedades, y una de las razones, es el alto precio de las medicinas, a pesar de que El Salvador es quizás el único país donde los dependientes de las farmacias, después de indicar el precio de los medicamentos, ofrecen un descuento sin que usted lo pida, y si paga con la tarjeta de membrecía, el descuento es mayor, y si además, paga con una tarjeta de crédito específica, le descuentan más.
Quizás pronto investiguen sobre otros tipos de pobrezas y recomiende qué hacer para reducirlas. La más importante, que frena el desarrollo y genera crecimiento desmesurado, es la pobreza mental y la falta de fuerza de voluntad de cada uno, para reducir los crecimentos.
Si analizamos los parámetros, que siguen creciendo desmesuradamente, cada uno requiere políticas gubernamentales y, de las empresas, actividades de responsabilidad social, para canalizar los crecimientos por una vía de sostenibilidad y sustantibilidad, para reducir los riesgos y garantizar una mejor calidad de vida a las siguientes generaciones. Si tiene hijos y nietos, piense en ellos.
Si las tres generaciones anteriores y la nuestra, creamos los crecimientos desmesurados, tenemos la obligación de buscar soluciones técnicas y morales para corregirlos.
Ingeniero/pedroroque.net
Todo es más fácil y más sencillo con sentido común.