El régimen salvadoreño rehusó unirse a la condena a Nicaragua en la última reunión de la OEA pues, de acuerdo con la canciller Hill Tinoco, queda en manos de los dos países “solucionar sus diferencias”, una declaración que dio a la reportera de un medio nicaragüense, antes de que la entrevistadora fuera alejada por guardaespaldas en forma brusca.
Desde algunos puntos de vista la Canciller tiene razón: es natural que deba buscarse algún entendimiento entre Estados Unidos y Nicaragua, sea fijando límites al número de presos políticos que Ortega tiene, el número de asesinatos que pueda su soldadesca perpetrar, la cantidad de droga que el régimen requiere para financiarse.
Como antes con los traficantes de caballos y ahora con los vendedores de carros usados (una especie de homo sapiens muy especial ), o “vehículos que tuvieron previos dueños” ( pre-owned) las diferencias se arreglan con un quita y daca: Blinken podría fijar cuotas aceptables para apresados irregularmente tanto allá como acá, universidades tomadas por la fuerza, curas hostigados…
Para colmar la copa, a esto se agregan las protestas de los miembros de una secta encabezada por un pederasta confeso, que naturalmente acusan a los fiscales del caso de haber inventado cargos, como cuando se pregunta al capitán del equipo X los motivos por los cuales perdieron frente al equipo Y: “Compraron a los árbitros los muy canallas…”
El hombre que expuso todo el montaje de horrores del cabeza de la secta fue apuñalado, abusado, perseguido, pues la enorme fortuna acumulada por el siniestro pederasta no le valió para “comprar a los fiscales”.
Para el actual régimen de nuestro país y pese a que Ortega dio refugio a saqueadores de cientos de millones del dinero de los salvadoreños, las tremendidades que perpetra día a día Ortega son “deslices” que no vale la pena tomar en cuenta.
Presos políticos no hubo en nuestro país hasta que el régimen bukeliano mandó a capturar arbitrariamente a la científica Erlinda Handal, la doctora Violeta Menjívar, el exministro Cáceres, Calixto Mejía y Hugo Flores Hidalgo, todos exfuncionarios de gobiernos del FMLN, así como al exalcalde arenero Ernesto Muyshondt, quienes han sido mantenidos en prisión a toda costa. Lo mismo le ha sucedido al empresario de microbuses Catalino Miranda, a quien prácticamente le tomaron irregularmente sus unidades sin ningún procedimiento legítimo y apegado a la Constitución.
A esto se agregan los miles de detenidos bajo el “régimen de excepción” o estado de sitio, entre los que hay culpables como inocentes, pero todos son “terroristas” aunque no hayan sido oídos y vencidos en juicio y probados con evidencias.
Según reveló Muyshondt, mueren de dos a tres reos al día, como le sucedió al pastor Mario Arias, director de un colegio de Santa Tecla, a quien los carceleros le negaron que sus familiares le llevaran las medicinas para tratar su diabetes.
No todos los hombres han logrado superar al salvaje cavernícola
Ortega tiene muchos presos, entre ellos los ciudadanos más destacados de Nicaragua, comenzando por Cristiana Chamorro y el propio Arturo Cruz, quienes fueron los primeros en lanzarse como candidatos presidenciales (y es seguro que le hubieran ganado a Ortega y por eso los apresó), pero no son casi 40,000 como en nuestro suelo, a los que se agregan otros 40,000 bajo el “régimen de excepción”.
Inclusive el mismo Maduro, de Venezuela, no tiene tandos presos políticos, aunque el trato que se les da a los detenidos es lo usual bajo todas las dictaduras: no reciben medicinas, no se les permite ver ni a sus parientes ni a sus abogados, son torturados regularmente… Es el libreto de todas las dictaduras desde que surgieron las primeras ciudades aunque haya tantos de ellos que siguen con la mentalidad de los peores cavernarios….