Los Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia con la Unión Europea, se dieron cita en Japón en un agenda internacional apretado. Todos tienen en la mente la situación en Ucrania, sus consecuencias económicas tanto como la exigencia de una cohesión para seguir con un frente firme frente a Rusia. Con China, el G7 favorece una lógica de diálogo y negociación.
Teniendo lugar en Hiroshima, permite manifestar la firme voluntad de los líderes de dichos países en defender y promover el orden internacional que nació al final de la Segunda Guerra Mundial, fundado sobre la promoción del Estado de Derecho. La agresión contra Ucrania desde el 24 de febrero de 2022, el desarme con la no-proliferación nuclear, la seguridad económica, la energía, alimentación, salud y el medio ambiente, son tantos temas en el eje de los intercambios de los responsables del G7, países que representan hoy en día 45% del PIB mundial. Cuenta con 7 de los 10 países con el PIB más fuertes. China e India no son países miembros a pesar de ser las segunda y quinta economías del planeta.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, asistirá después de haber terminado una visita en Arabia Saudita y desde hace pocos días una gira por Europa: estuvo en Roma, en el Vaticano, Alemania y Francia. La presencia del presidente ucraniano demuestra la voluntad del G 7 de denunciar la agresión militar de Rusia tanto como el posible uso de armas nucleares.
De entrada, según informó la agencia EFE, los líderes del G7 anunciaron este viernes nuevas sanciones para hacer pagar a Rusia por la guerra en Ucrania y reafirmaron su compromiso de ayudar a Kiev “el tiempo que sea necesario”, según expresaron en un comunicado conjunto al término de una reunión a puerta cerrada sobre Ucrania.
“Estamos imponiendo más sanciones y medidas para aumentar el coste para Rusia y para aquellos que apoyan su esfuerzo bélico”, dijeron los líderes en su comunicado, en el que también renovaron su compromiso para apoyar a Ucrania a nivel financiero, humanitario, militar y diplomático.
El G7 detalló algunas de sus “sanciones coordinadas” y otras medidas económicas para cortar las vías de financiación de Moscú y su uso de productos y materiales que puedan emplearse en la industria militar, entre las que destacan restricciones a “nuevos sectores clave” como el de la construcción, el transporte y los negocios.
Las nuevas medidas también tratarán de evitar que Rusia pueda eludir las sanciones vigentes, lo que comprende trabajar con terceros países “a través de los cuales los bienes, servicios y tecnologías restringidos por el G7 pueden ser suministrados” a Moscú.
En términos generales, el Grupo de los Siete explicó que sus nuevas acciones buscan cortar el acceso de Moscú al sistema financiero internacional y “limitar sus ingresos energéticos y futuras capacidades de extracción”.
A través de estas temáticas, el G 7 tiene la intención de librar a la vez un trabajo de sensibilización y de prevención frente a las iniciativas que podrían consistir en dar vuelta al “orden internacional”. Desde que empezó la guerra en Ucrania, un nuevo concepto apareció: el “sur global”.
A esta cumbre están invitados también los dirigentes de Australia, de Brasil, de las Comores presidiendo actualmente la Unión Africana, las islas Cook, Corea del Sur, India, Indonesia y Vietnam.
Haciendo recordar el movimiento de los países No Alineados durante la Guerra Fría, la idea consiste en afirmar un “sur emergente y en desarrollo”, potencialmente unido y representando potencialmente, la mitad del PIB mundial para 2050. Esta base toma fuerza con el grupo de los BRICS: Brasil, India, China, Rusia y África del Sur podrían ser los líderes de una iniciativa global que tiene una dimensión política aún más fuerte desde el principio del conflicto en Ucrania.
El protagonismo de China en estos últimos meses, ya sea la proposición de un plan sobre el cual podría ser negociado una salida del conflicto en Ucrania, la inversión en las nuevas rutas de la seda, las tensiones en el Mar de China, han acelerado esta reflexión que refuerza las tensiones con los países de Occidente y aliados.
Pero se considera que la búsqueda de una forma de “neutralismo” sobre Ucrania más bien nutre un voluntad de dar vuelta al sistema internacional actual y favorecer a Rusia. Ahora bien, revela la complejidad del mundo, la multiplicación de acciones multilaterales que refuerzan esta tendencia: el nuevo enlace entre Arabia Saudita e Irán, bajo los auspicios de China, es una demostración de un movimiento importante que trae temáticas globales: ¿qué pasará con el tema nuclear iraní? ¿Cuáles podrían ser las consecuencias sobre el comercio del petróleo, tanto como la seguridad en el Medio Oriente en general, para Israel en lo particular?
Mientras el G7 está reunido en Japón, se celebró la cumbre de la Liga Árabe. Volodimir Zelenski asistió a este otro importante evento internacional.
La cumbre de Jeddah es otra imagen de un medio ambiente internacional que está sacudido por la tensiones del conflicto en Ucrania. ¿Harán correr el riesgo de nuevas diferencias que podrían volver fracturas internacionales, o serán tantos elementos para un nuevo dialogo?
Mientras dure el conflicto en Ucrania, que nació de una agresión territorial, en ruptura del derecho internacional garantizado por la Organización de las Naciones Unidas, las fuentes de tensiones seguirán. Por el momento, cada grupo de países que son actores global reafirman sus posiciones con sus aliados. Lo que se está jugando es nada menos que la seguridad internacional a través de una sistema internacional que está puesto bajo presión.
Politólogo francés y especialista en temas internacionales.