El evangelio según Mateo 14:22-30 narra un suceso interesante del cual podemos aprender en estos tiempos donde la inmoralidad reina. Dice así: "En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, ¡no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!".
El primer propósito para el 2025 es caminar de la mano del Señor Jesucristo, para tener seguridad y no miedo, ya que el temor es la primera reacción que tenemos ante la adversidad y lo desconocido. Por ejemplo; El miedo nos produce dudas y nos hace llegar a falsas conclusiones. Los discípulos veían un fantasma, ya que se dejaron guiar por el entorno y la incertidumbre, pero la realidad era otra. Las circunstancias adversas nos hacen sobredimensionar los problemas, sin embargo, el Señor Jesucristo conoce nuestra angustia y nos de paz.
En ese contexto el Apóstol Pedro reconoció la voz del Señor en medio de la angustia. Acá encontramos el otro propósito para el 2025. Tenemos que cobrar ánimo en la desesperanza, para que el temor desaparezca, lo cual nos ayuda a cobrar fuerzas en el punto más álgido de las dificultades, pero si nos descuidamos el temor nos puede conducir al agotamiento físico y espiritual. En el caso de los discípulos, efectivamente sentían angustia por la tormenta, pero lo que más les inquieto fue la ilusión de estar viendo un fantasma.
Es decir, se angustiaron por algo que no era real, evidentemente les provoco una desestabilización emocional, a muchas personas en el siglo XXI, le sucede lo mismo, se angustian por lo que perciben o creen de los problemas, cuando la realidad puede ser otra. De acá surge el tercer propósito para el 2025. Pon tu confianza únicamente en el Señor Jesucristo y desarrolla la fe, y no te enfoques en la tempestad, sino en el Señor Jesucristo que dijo "soy yo"; ahí Pedro situó su mirada en el Todopoderoso y las adversidades pasaron a un plano secundario.
El miedo se manifestó en Pedro dos veces. La primera antes de intentarlo y la segunda cuando ya tenía los pies sobre el agua. Al emprender un negocio o iniciar algún proyecto, puedes sentir miedo antes de hacerlo y también cuando das el primer paso y tomas decisiones basándote en lo que ves de forma engañosa. No obstante, el verso 31 explica lo que Jesús hizo: Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él y le dijo: ¡¡Hombre de poca fe!! ¿Por qué dudaste?
De modo que debemos renovar nuestras fuerzas para el nuevo año y esforzarnos para provocar las mejores oportunidades. Note que el Señor Jesucristo no tuvo una actitud tutelar con Pedro, de manera que no lo tomó en sus brazos y lo consintió hasta hacerle pasar la tempestad con la mayor calma posible. Tampoco fue un líder violento que lo haya tomado del pelo y con una patada lo introdujera al barco. La actitud del Señor Jesucristo, fue tomarlo de la mano y dejarlo caminar por sus propios medios hasta subir a la barca.
En suma, el propósito del Señor Jesucristo no es resolver cada problema que se les presenta a los seres humanos --de lo contrario, estaría fomentando la irresponsabilidad--, sino proveerles los medios para que las personas actúen con sabiduría y con una confianza firme en el Salvador del Mundo.
@Jaime_RO74