Ya estamos a unos días de la Navidad este tercer domingo de adviento 15 de diciembre nos invita a meditar en la alegría.
¿Qué es la alegría?
Puede ser un sentimiento momentáneo que puede ser lo que creemos que es la felicidad o la suma de momentos alegres y la felicidad es producto de ello, pero más allá de que estamos en este momento de alegría, felicidad, a unos días de la celebración de este gran acontecimiento donde todo es fiesta, luces, reuniones un clima agradable se intensifica el tráfico así como la algarabía de la época la iglesia nos hace un llamado a la felicidad pero la gran pregunta es cómo ¿alegría?
En los días más felices del año la Iglesia nos llama a poner la alegría como el centro y mensaje de atención de este tercer domingo, pero más allá de todo lo relacionado con celebraciones, colores de la época y comidas de la época que llaman a nostalgia y recuerdos.
Es buen momento de reflexionar que la verdadera alegría radica en que sepamos que somos hijos de Dios y que en medio de todos nuestros errores y pecados Él es un padre amoroso que nos envió a su hijo y aquí debe radicar la alegría que nos da felicidad.
Con ello la reflexión nos debe llevar buscar y dar esperanza, una sonrisa, una palabra de afecto en lo personal me gustaría y espero escuchar una homilía cargada de afecto de esperanza me gusta mucho la canción “Sonríanos Padre” de Luis Enrique Ascoy, uno de cuyos versos dice “El amor de Dios llega mejor con simpatía”.
No solo estos días sino todo el año la empatía es clave. Creo que este tiempo de adviento es clave para hacer esa conexión con empatía y alegría podemos recibir mejor ese mensaje que buscamos posiblemente en forma inconsciente de recibir esperanza en medio de la incertidumbre. Pidamos a Dios recibir el regalo de más fe, más esperanza y que transforme nuestros corazones.
Que este tiempo que venimos caminando desde el primero de diciembre nos lleve de la mano al gran momento de la Navidad una forma muy linda de definir la alegría por San Josemaría Escrivá en su libro camino punto 659: “La alegría que debes tener no es esa que podríamos llamar fisiológica, de animal sano, sino otra sobrenatural, que procede de abandonar todo y abandonarte en los brazos amorosos de nuestro Padre, Dios”.
Médico.