Rendimos el justo homenaje a Madres y Padres este año, en mayo y junio respectivamente. Sin pretender alterar el orden de este Mandamiento de los 10 otorgados por Dios, para efecto de esta celebración, por el orden de fechas, lo planteo así: “HONRA A TU MADRE Y A TU PADRE”.
No obstante, estos homenajes no son celebrados en mismas fechas por otros países del mundo. Lo rescatable y valioso es aprovechar cada oportunidad que se presente para mostrar amor, respeto y agradecimiento a mamá y papá.
En libro de Éxodo 10:3-17 (La Biblia), Dios establece 10 preceptos universales según los cuales debemos vivir. Del Primero al Cuarto nos dice su deseo de cómo relacionarnos con Él; del Sexto al Décimo nos expresa cómo relacionarnos con nuestros prójimos (familia o no). Pero este precepto es considerado la pieza central de su Ley, porque comulga una relación tanto con el Padre Dios como con nuestro prójimo.
Esta magistral e inmutable pieza, de profundo contenido y moralidad, es dirigida a todo humano nacido de madre y padre (salvo excepciones de laboratorio). En medio de tiempos inusuales en la concepción de estas fundamentales relaciones, debido a corrientes deliberadamente contrarias a la sabiduría divina.
Podemos afirmar, en el buen sentido, que la relación Hijos-Padres es cambiante en el tiempo, así: al nacer el bebé es enteramente dependiente…continúa aprendiendo a caminar de la mano, luego por sí mismo. Transita por diferentes etapas de pensamiento: “mis padres lo saben todo”, …poco después ya no está convencido de eso …luego se cree superar en conocimiento, experiencia y sabiduría a sus progenitores. A medida que “madura” empieza a realizar que sus padres tenían razón en mucho, …sin concebir aún cómo lograron cuidarle, suplirle y trabajar tan duro al mismo tiempo y, si sus pensamientos siguen evolucionando con normalidad, llegará el día en que se admita que nuestros “avejentados y anticuados progenitores” realmente fueron unos genuinos héroes vivientes sobre la Tierra.
De igual forma, este Mandato tiene demandas implícitas para la maternidad y paternidad (aunque no condicionantes para los hijos honrarles). Esta debe ser ejercitada con honorabilidad y procurando ser un digno ejemplo de personas. En otro libro de la misma Biblia encontramos contenido vinculante: “Hijos, obedeced (honrad, respetad) a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.” (Colosenses 3: 20-21).
Es muy seguro que nuestros padres cometieran algunos errores, pero ellos nos dieron la vida, nos alimentaron, nos amaron, suplieron educación y otras necesidades, lo cual es mucho más de lo que cualquiera pudiera hacer por nosotros …sí, cualquiera. Por lo tanto, debemos agradecer lo recibido. Muchas de las oportunidades que tuvimos vinieron directamente de sus contribuciones y esfuerzos. Y nada que los hijos podamos hacer por nuestros padres podrá igualar lo que ellos hicieron por nosotros, aun así, honrémosles.
Cada uno de nosotros somos fruto de los aportes de nuestros padres…cada generación necesita de la otra recíprocamente, dando y recibiendo cada quién en su edad. Entonces ¿cómo podemos honrar a nuestros progenitores con justicia? …Tomemos lo recibido de ellos, sea poco o mucho, hagámoslo crecer en nosotros y retribuyamos con creces a estos seres especiales. …Sí amigos, HONREMOS A NUESTRA MADRE Y PADRE, rebusquémonos para hacerlo con alegría, agradecimiento, calidad y sin reproche alguno.
Militar y Economista.