Por Este viernes 26 de agosto, la Iglesia Católica ha celebrado el Día de Santa Teresa de Jesús (1515-1582), también conocida como Santa Teresa de Ávila, en honor de esta santa española, que fue escritora y poetisa. Nació en el siglo llamado Teresa de Cepeda y Ahuamada.
Desde muy joven, en el año 1534, ingresó al Convento de Carmelitas de la Encarnación, de Ávila, su ciudad natal, donde vivió por unos 30 años.
En 1562 fundó el primer Colegio de carmelitas reformadas o descalzas; luego, el de San José de Ávila; y durante los veinte años que siguieron se dedicó a realizar sus planes reformadores y fundacionales.
Estos planes le originaron serios problemas autoridades civiles y aun de la propia Iglesia Católica, de tal forma que fue trasladada en confinamiento a la ciudad de Toledo, y la Iglesia le siguió un proceso inquisitorial; pero salió libre. En 1614 fue beatificada, y canonizada en 1622. Esta santa, siguió el pensamiento que dice “El dolor y el sufrimiento dan interés y valor a la vida; y a quien está habituado a luchar, le será dulce sufrir”.
“Fue una religiosa mística, y con ella el misticismo occidental logró su máxima expresión humana”, dice el volumen 19 de “La Enciclopedia” Editorial SALVAT, Bogotá, Colombia, 2004.
Se sabe que misticismo es “El estado de la persona que se dedica mucho a Dios o a las cosas espirituales o sobrenaturales. También se le define como “Estado extraordinario de perfección religiosa, que consiste especialmente en cierta unión del alma con Dios por el amor, y que va acompañada accidentalmente de éxtasis y revelaciones”.
Publicó los siguientes libros: “El libro de mi vida”, que es una autobiografía en la que relata su experiencia mística. Complementos de su biografía son las obras “El libro de las relaciones” y “El libro de las fundaciones”.
En el opúsculo “El Camino de la perfección” escribió consejos para las monjas del Convento de San José”. Pero los críticos literarios afirman que desde un punto de vista doctrinal su obra más ambiciosa y acabada es “Las moradas” o “El Castillo interior”, escrita en 1577, “es en tratado en torno a las relaciones del alma con Dios; en él concibe alegóricamente el alma como un castillo compuesto por siete cámaras o moradas, correspondientes a siete grados de oración en cuyo centro está Dios”.
Como poetisa, Santa Teresa de Jesús compuso en metros cortos, canciones a lo divino, villancicos y glosas, como la muy conocida “Vivo sin vivir en mí”.
Todas estas obras fueron publicadas en 1588 por fray Luis de León.
Loor a Santa Teresa de Jesús, por su extraordinaria obra, tanto religiosa como literaria. ¡Sí, señor!
Maestro, psicólogo, gramático.