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Como a ti mismo

Nosotros tratamos a los demás como creemos que merecemos ser tratados antes de actuar debemos pensar ¿cómo merezco que me traten? Y de esa forma trato a los demás, si siento que no valgo nada, que no merezco nada, así trato a los demás y les estoy diciendo como quiero que ellos me traten. En definitiva: “Doy lo que pienso que merezco recibir”.

Por Salvador Gómez

Si queremos contribuir con la paz, el progreso y el bienestar de la familia, la Iglesia y la sociedad, comencemos por aceptarnos con nuestra historia de valorarnos, respetarnos y darnos lo mejor a nosotros mismos. Recordemos que “el que es tacaño consigo mismo no es generoso con nadie”.

En el antiguo Testamento el mandamiento del amor nos dice:

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev 19,18)

En este mandamiento encierra una gran verdad: En la medida en que ame, me valore, me respete, podré amar, valorar y respetar a los demás.

El libro del Eclesiástico nos amplia este razonamiento y nos dice: “El que es tacaño consigo mismo ¿con quién será generoso?... Nadie es peor del que se tortura a sí mismo… Hijo en cuanto te sea posible trátate bien. Recuerda que la muerte no puede tardar… No te prives de pasar un día feliz” (Cf Eclesiástico 14, 5-14)

En la medida que estemos satisfechos, realizados y felices podremos buscar la realización y la felicidad de los demás; si, por el contrario,  vivimos frustrados llenos de insatisfacción y de la amargura, eso es lo que vamos a proyectar a los que están a nuestro lado y tendremos que decir a cada momento como Shakira “Perdona que te Salpique”.

En la familia, en la Iglesia y en la sociedad hay muchos conflictos y enfrentamientos porque demasiadas personas son incapacitadas de amor por que no se aman ni viven en paz con ellos mismos.

En el nuevo testamento Jesús nos amplía la reflexión diciéndonos: “Todo cuanto quieran que les hagan los hombres háganlo también ustedes a ellos.” (Mt 7,12)

Nosotros tratamos a los demás como creemos que merecemos ser tratados antes de actuar debemos pensar ¿cómo merezco que me traten? Y de esa forma trato a los demás, si siento que no valgo nada, que no merezco nada, así trato a los demás y les estoy diciendo como quiero que ellos me traten. En definitiva: “Doy lo que pienso que merezco recibir”.

Si queremos contribuir con la paz, el progreso y el bienestar de la familia, la Iglesia y la sociedad, comencemos por aceptarnos con nuestra historia de valorarnos, respetarnos y darnos lo mejor a nosotros mismos. Recordemos que “el que es tacaño consigo mismo no es generoso con nadie”.

Si deseamos amar más y dar más debemos comenzar por amarnos y darnos más a nosotros mismos.

Suena a egoísmo, pero así es: “Lo que damos es directamente proporcional a lo que pensamos que merecemos”.

Acéptate, ámate, valórate, trátate bien y veras como se transforma positivamente en entorno en el que vives ya que estarás proyectando en los otros la imagen que tengas de ti mismo. La familia, la Iglesia y la sociedad serán cada vez más valiosas si se llenan de personas valiosas que son capaces de valorar a los demás y trabajar unidos por construir relaciones positivas de respeto, reafirmación, aceptación y valoración de los demás como a nosotros mismos.

Puedes profundizar más este tema leyendo mi libro “Del perdón al amor” (Portada del libro)

También te recomiendo ver los videos en mi canal de YouTube /SalvadorGomezOficial con el tema: “Amate a ti mismo” y “Como mejorar tu autoestima.

Predicador Católico.

salvadorgomezoficial.com

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Cristianismo Opinión

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