Suscribirme
EPAPER Harris vs. Trump|Censo 2024|Presupuesto 2025|Precio de alimentos|Torneo Apertura 2024

A toda la creación

La actitud de los discípulos es acercarnos a la creación con la actitud humilde de aprender lo que a través de ella nos enseña el Creador.

Por Salvador Gómez

Dios creó al hombre y lo dejó en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara (Gn 2,8)

Pero como sabemos el ser humano no obedeció ni quiso realizar el plan de Dios y peco, es decir, se salió del camino trazado por el creador. Las consecuencias del pecado no solo le afectaron a él mismo, sino que distorsionaron su relación con Dios, con el prójimo y con el jardín que Dios le había encargado.


“Reconocemos la dramática situación en que el pecado coloca al hombre. Porque el hombre creado bueno, a imagen del mismo Dios, señor responsable de la creación, al pecar ha quedado enemistado con Él, dividido en sí mismo, ha roto la solidaridad con el prójimo y destruido la armonía de la naturaleza. Ahí reconocemos el origen de los males individuales y colectivos que lamentamos en América Latina: las guerras, el terrorismo, la droga, la miseria, las opresiones e injusticias, la mentira institucionalizada, la marginación de grupos étnicos, la corrupción, los ataques a la familia, el abandono de los niños y ancianos, las campañas contra la vida, el aborto, la instrumentalización de la mujer, la depredación del medio ambiente, en fin, todo lo que caracteriza una cultura de muerte” (Conclusiones de Santo Domingo #9).


Dios rico en misericordia, no nos abandonó al poder del pecado y de la muerte, sino que envió a su hijo para salvarnos del pecado y de todas sus consecuencias (Rm 5, 12-17).


Después de su muerte redentora en la cruz y de su resurrección gloriosa, Jesús envió a sus discípulos a proclamar la buena noticia de la liberación que salva de las consecuencias del pecado, no solo a las personas sino a toda la creación (Mc 16,15) ya que:


“La creación, en efecto, fue sometida a la caducidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de ser liberada de la esclavitud de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no solo ella; nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿Cómo es posible esperar una cosa que se ve? Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con paciencia” (Rm 8, 20-25).


En la medida que el mensaje de la salvación vaya transformando nuestra manera de pensar y de actuar ira transformando nuestra manera de vernos a nosotros mismos, de relacionarnos con Dios, con los hermanos y con el mundo que nos rodea, ya que los que aceptamos ser discípulo de Jesús, deseamos vivir como Él vivió y actuar como Él actuó.


Jesús nos enseñó la manera como relacionarnos con la creación con muchas actitudes que sería largo enumerar aquí. Solo voy a mencionar tres ejemplos.

  1. ACERCARNOS CON ADMIRACIÓN Y RESPETO
    “Miren los lirios del campo… ni Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos” (Mt 6, 28-29)
  2. ACERCARNOS DISPUESTOS A APRENDER DE LA NATURALEZA.
    “Aprender de la higuera…” (Cf Mt 24, 32)
    “Sean prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas” (Cf Mt 10,16).

  3. Él mismo dijo que quería ser protector como la gallina: “Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como una gallina reúne a sus polluelos bajo las alas y no han querido” (Cf Mt 23,37).

  4. Y nos pidió a sus discípulos a tener la docilidad de las ovejas que “escuchan la voz del pastor y lo siguen” (Cf 10,27).
    La actitud de los discípulos es acercarnos a la creación con la actitud humilde de aprender lo que a través de ella nos enseña el Creador.

  5. “Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a través de sus obras: su poder eterno, su divinidad… (Rm 1,20) (Cf Sabiduría 13, 1-9).

  6. Nuestra actitud no es dominar o intentar cambiar lo que el Creador nos quiere enseñar en la naturaleza. “El libro de la naturaleza es uno e invisible e incluye el ambiente, la vida, la sexualidad, la familia, las relaciones sociales, etc” (Laudato Si #66, Papa Francisco)
  7. A NO CONTAMINAR Y APROVECHAR BIEN LOS RECURSOS.
    Después que multiplicó los panes dijo a sus discípulos: “Recojan los trozos sobrantes para que nada se pierda, los recogieron pues y llenaron doce canastas con los trozos que sobraron” (Jn 6, 12-13).

  8. Jesús no quería que aquel prado de hierba verde en el que se habían recostado para comer los panes quedara contaminado con los desperdicios de pan y sobre todo nos enseñó “que nada se pierda”, a usar racionalmente los recursos que Dios nos da por medio de la naturaleza, que “Dios creó todo para que lo disfrutemos” (1 Tim 6,17). Pero es nuestra responsabilidad usar de los recursos naturales con moderación. Esto que aprendimos de Jesús los discípulos lo practicamos y lo enseñamos sobre todo en la familia ya que:

  9. “En el hogar se puede replantear los hábitos de consumo para cuidar juntos la casa común: La Familia es el sujeto protagonista de una ecología integral porque es el sujeto social primario, que contiene en su seno los dos principios base de la civilización humana sobre la tierra: El principio de la comunicación y el principio de fecundidad” (Amoris Laetitia #277, Papa Francisco)
    “En la familia se cultivan los primeros hábitos de amor y cuidado de la vida, como por ejemplo el uso correcto de las cosas, el orden y la limpieza, el respeto al ecosistema local y la protección de todos los seres creados. La familia es el lugar de la formación integral, donde se desenvuelven los distintos aspectos, íntimamente relacionados entre sí, de la maduración personal”.
    (Laudato Si #213, Papa Francisco)
    “La educación en la responsabilidad ambiental puede alentar diversos comportamientos que tienen una incidencia directa e importante en el cuidado del ambiente, como evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer, tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, apagar las luces innecesarias. Todo esto es parte de una generosa y digna creatividad, que muestra lo mejor del ser humano. El hecho de reutilizar algo en lugar de desecharlo rápidamente, a partir de profundas motivaciones, puede ser un acto de amor que exprese nuestra propia dignidad.” (Laudato Si #211, Papa Francisco)
    Comprometámonos para que este mensaje llegue al mayor número de personas por el bien “de toda la creación”.
  10. Predicador Católico.

Salvador Gómez Oficial (@salvadorgomezoficial)

KEYWORDS

Cristianismo Opinión

Patrocinado por Taboola

Inicio de sesión

Inicia sesión con tus redes sociales o ingresa tu correo electrónico.

Iniciar sesión

Hola,

Bienvenido a elsalvador.com, nos alegra que estés de nuevo vistándonos

Utilizamos cookies para asegurarte la mejor experiencia
Cookies y política de privacidad