Nuestra amada y respetada Iglesia Católica, cuyo corazón y origen es nuestro Señor Jesucristo, Creador único, Omnipotente y Omnipresente; Autor Todopoderoso de la vida de cada uno de nosotros, es por quien venimos a este mundo, vivimos y caminamos hasta que Su Voluntad bendita, perfecta y Santa, nos llame a Su presencia, al verdadero gozo y descanso. Con Él, viene un hermoso, puro y virginal regalo: nuestra intercesora de todas las súplicas y auxilios que le hacemos: Su Madre, la preciosa Virgen María; quien no debe recibir menos que todo nuestro amor, respeto y fidelidad.
Cada religión o profesión de fe a la cual pertenecemos es considerada y respetada. Sin embargo, para quienes gozamos de la enorme dicha de corresponder a la Iglesia Católica, buscando la verdadera salvación(a pesar de nuestros defectos y errores que todo ser humano tiene y comete), debemos estar conscientes y tener presente que el primer mandamiento de la Biblia, nuestro Libro Sagrado de hoy y siempre: ¨Amarás a Dios sobre todas las cosas¨ no es un simple dicho, estatuto, ni mucho menos un juego de ajedrez; donde lo hago cómo y cuando quiero.
¨Amarás a Dios sobre todas las cosas¨ trae implícito y explícito en nuestro accionar que Jesús está vivo dentro de nosotros mismos, esperando a que acudamos a sus amorosos, poderosos, milagrosos y sanadores brazos; a que sepamos honrarle y respetarle hasta en las pequeñas situaciones del diario vivir. ¿Qué implica esto? Implica dar el mejor ejemplo posible con la vida, evangelizarlo entre los creyentes y no creyentes, decir Sí a Su Llamado(sea cual sea el servicio); pero sobre todo : adorarlo y honrarlo, sin ensuciar el fruto de Su Resurrección: nosotros; sin empañar las gotas de Su Sangre de Amor derramadas en la Santa Cruz y sin alimentar actos detestables e impuros con fines lucrativos o ambiciosos, para hacer brillar una luz que no es luz, sino que tinieblas.
Cualquier acto que enlode la razón de nuestro existir, que profane a nuestra Iglesia y que ultraje su esencia está completamente condenada a un porvenir sombrío e incierto. En el apartado 214, Capítulo 3 del Catecismo de la Iglesia Católica titulado: ¨Dios, El que es, es Verdad y Amor¨ expresa con firmeza que Dios muestra su Benevolencia, su bondad, su gracia, su amor; pero también su fiabilidad, su constancia, su fidelidad, su verdad. Él es la verdad, porque Dios es Luz, en Él no hay tiniebla alguna¨.
Por ende, recordemos que el que juega con fuego, se quema. Seamos completamente respetuosos de nuestra Iglesia Católica de todo y todos a quienes de ella son parte.
Licda. en Ciencias de la Comunicación