Significa amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. No podemos llamarnos católicos si no somos capaces de ponernos en los zapatos del otro, vale la pena traer una cita bíblica que nos incita al perdón: Mateo 18, 21-35: “Hasta setenta veces siete” sería tan grande si eso se tradujera a “Amar a nuestro prójimo y perdonarlo hasta setenta veces siete”.
El Salvador es un país cristiano (tanto por católicos como por evangélicos, no sólo por estos últimos como se acostumbra decir) en su gran mayoría. Lamentablemente podemos ver que la teoría se aleja muchísimo de la práctica. No hemos entendido que la fragancia de Dios debe ser nuestra fragancia. Las opciones de Dios deben ser nuestras opciones. El amor de Dios por los pobres, niños y enfermos debe ser nuestra opción. El silencio de Dios que se esconde tras una nube debe ser nuestro silencio.
Mientras no vivamos el Evangelio no podemos sentir el pecho henchido de orgullo de sentirnos cristianos, mientras se prefiera nadar en las orillas de la Palabra de Dios y no se busque las profundidades de la obra de Dios, poco hacemos. Debemos dejar los ritos externos y bucear a las profundidades cuando que estas se encuentran en lo ordinario de cada día: el amor de Dios que se refleja en el joven que limpia los vidrios en el semáforo, en la empleada que labora en la casa, en el peatón que intenta cruzar una calle pero no, no somos capaces de mimetizarnos con el dolor ajeno, con la pobreza que viven cientos de familias en nuestro país y quizá sea estas líneas un llamado a buscar a Dios, conocerlo, tratarlo y así enamorarnos de él.
Necesitamos vivir una verdadera conversión y que nuestra meta sea ver a Dios en el hermano, en la actividad que realizamos yo mismo pienso en actuar desde ya en esta conversión para tener esa capacidad de olfatear, de mirar dónde hay necesidades, qué familia no tiene la canasta básica, cómo ayudar al enfermo a sanar, por sencillo que parezca el trabajo todo trabajo bien hecho santifica acerca a Dios.
Todas estas reflexiones van encaminadas a buscar y lograr encontrar ese tono humano que necesitamos. Todos aspiramos a que nuestra fe nos lleve a un cielo cual cuentos de hadas, pero si no somos capaces de transformar la Biblia en obras, poco se habrá hecho.
Lamentablemente el país vive momentos difíciles y aquí la importancia individual de buscar a Dios para que, todos, como sociedad íntegra tenga la sensibilidad de ver donde nadie ve y como se lee en el segundo punto del libro de meditación Camino de #SanJosemariaEscrivaDeBalaguer. Fundador del #OPUSDEI ‘’Ojalá fuera tal compostura y tu conversación que todos pudieran decir al verte o al oírte hablar: este lee la vida de Jesucristo’’ y así aprender a oír donde nadie escucha, de amar donde nadie ama, deservir donde nadie sirve, de orar donde nadie ora y de ofrendar hasta nuestra propia vida como lo hizo Jesús.
A las personas que conozco del Opus Dei son realmente enamoradas de Cristo y viven procurando imitarlo.
Como nación tenemos un nombre único, El Salvador; por lo tanto, debe ser cada uno un salvador de su prójimo. Podemos vivir en tinieblas, aunque visitemos iglesias porque debemos entender que cada uno debe ser una iglesia.
Cada católico debe serlo por sus actos. Cada uno debe ser obra viva y así, lavar los pies de nuestro prójimo. No hay dónde perderse, entender que solo cuando vivamos para compartir es que podemos decir que estamos cerca de Dios.
Animo a los lectores a un momento de reflexión, donde no esperemos una voz que retumba, un rayo vertiginoso, que las aguas se abran, no. Jesús está en lo sencillo, en lo ordinario, en el prójimo, en el diario vivir, en el trabajo rutinario; es ahí donde el católico se debe lucir sacándose el corazón por su hermano. Si así lo hiciésemos podemos sentir orgullo inmenso de pertenecer a la Iglesia.
El libro de Camino, en su punto 435 sobre la filiación divina, nos dice: ‘’Timor Domini sanctus… Santo es el temor de Dios temor que es veneración del hijo para su padre, nunca temor servil, porque tu padre Dios no es un tirano’’.
Tenemos una oportunidad de oro cuando “amemos más a nuestro prójimo que a nosotros mismos”. Será entonces que podemos vivir en paz con Dios, si nuestro hermano está en paz también.
Conversando con un sacerdote me decía en el libro camino me gusta el punto 425 que dice “¿Saber que me quieres tanto, Dios mío, y... no me he vuelto loco?”.
Este 26 de junio la Iglesia Católica celebra a San Josemaría Escrivá de Balaguer, el santo de lo ordinario y fundador del #OPUSDEI.
¡Bendito sea Dios!
Médico.