En una sociedad democrática es completamente normal que existan procedimientos por los que los ciudadanos puedan expresar sus ideas sobre las políticas y los liderazgos. A esas ideas se les reconoce un espacio y, aunque no se las comparta, se defiende el derecho a ser expresadas. En una sociedad democrática es completamente normal el derecho a discrepar y poseer autonomía de criterio. Las sociedades son plurales y diversas; avanzan cuando todos pueden expresar sus puntos de vista sin ser vejados ni perseguidos por ello. No se admite la imposición de una mayoría aplastando a la minoría, todo lo contrario, se garantiza la preservación respetuosa del espacio que cada persona merece bajo la convicción de que las diferencias y los contrastes son enriquecedores.
En una sociedad democrática es completamente normal que el Estado vele y tome medidas para que todos los ciudadanos tengan igualdad de oportunidades para ofertar sus ideas y propuestas. Las decisiones son tomadas en consenso con la población y los sectores son todos escuchados. En una sociedad democrática es completamente normal que los gobernantes rindan cuentas de su trabajo, de lo que hacen, de lo que dejaron de hacer, de cómo lo hicieron, con quién lo hicieron, con qué lo hicieron y por qué de esa manera y no de otra. Existen instituciones y procedimientos de control a los que todo ciudadano puede acudir sin obstáculos.
En una sociedad democrática es completamente normal que la prensa sea libre e independiente del poder. Posee facilidades para recoger información, entrevistar funcionarios, tener acceso a documentos oficiales, adoptar una línea editorial. Es completamente normal y habitual que los funcionarios otorguen ruedas de prensa como parte de su trabajo y no se restringe el acceso a ningún medio. En una sociedad democrática es completamente normal que la pauta de comunicaciones gubernamental se distribuya bajo criterios de cobertura y no como instrumento de coacción y asfixia.
En una sociedad democrática es completamente normal que los ciudadanos puedan reunirse con fines pacíficos para conversar, planear, organizar y emprender iniciativas con el objeto de resolver sus inquietudes. Se organizan políticamente para participar en la toma de las decisiones de asuntos que les competen directamente y disputan el poder con otras fuerzas organizadas. Los procesos eleccionarios son transparentes, imparciales, vigilados y eficientes. Se garantizan condiciones de equidad para que todas las expresiones tengan igualdad de oportunidades para dar a conocer sus propuestas. Los partidos rinden cuentas de sus donantes, cantidades recibidas, origen de los fondos y maneras en que se emplearon.
En una sociedad democrática es completamente normal que cada ciudadano goce de libertad personal, derecho a un debido proceso y garantía a la defensa frente a un juez independiente e imparcial. Nadie es considerado culpable mientras no se le venza en juicio. Se respeta la vida íntima, correspondencia y comunicaciones de cada ciudadano. La morada es inviolable. No se acepta la intolerancia ni los ataques debidos a género, ideas, religión, etnia, edad y condición económica. Prevalece el respeto a las libertades individuales y a la libertad de todos de vivir como lo deseen, siempre y cuando no provoquen daños a otras personas o a la colectividad.
En una sociedad democrática es completamente normal que los ciudadanos conozcan a sus representantes ante instancias de gobierno, que tengan acceso a ellos y gocen del derecho a ser escuchados y tenidos en cuenta. Ante la insatisfacción ante un poder del Estado, pueden acudir a otro para ser protegidos y hacer valer sus derechos. En una sociedad democrática es completamente normal el disenso, el diálogo y la construcción de acuerdos. La mutua vigilancia es una virtud y el respeto a la legalidad la base de toda seguridad.
En una sociedad democrática es completamente normal la libertad de conciencia de todo ciudadano. La libertad de profesar cualquier creencia religiosa o ninguna. Se respetan las diferencias y el espacio para expresar, desde la fe, enseñanzas, preocupaciones, llamados, reflexiones y críticas. Se garantiza el espacio para que se produzca este ejercicio y se le considera legítimo y digno de respeto. Todo esto y más, es considerado completamente normal en una sociedad democrática.
Pastor General de la Misión Cristiana Elim.