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La palabra de Benedicto XVI

Vienen a la mente estos pensamientos del Papa Emérito, quien partió hacia la Eternidad, a los 95 años de edad, el sábado 31 de diciembre.

Por Carlos Alberto Saz

"Ser anciano es una hermosura ”. Así dijo ante una multitud de personas de edad provecta el Papa emérito Benedicto XVI; y luego, ante un grupo de niños alemanes que le rendían homenaje, expresó: “Y ser niño es una alegría”.


Vienen a la mente estas frases del Papa Emérito, quien partió hacia la Eternidad, a los 95 años de edad, el sábado 31 de diciembre. Otras citas memorables del pontífice, profundo teólogo y pastor, son…

Al ser elegido Papa en abril de 2005:
“Después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones”.


Tras oficiar su primera misa papal:

“Creía que había realizado ya la obra de toda una vida y que podía esperar terminar tranquilamente mis días. Con profunda convicción dije al Señor: ¡no me hagas esto! Tienes personas más jóvenes y mejores…”.


Fe y la razón:
“Debemos esforzarnos hacia un nuevo diálogo de este tipo entre fe y filosofía, porque ambas se necesitan recíprocamente. La razón no se salvará sin la fe, pero la fe sin razón no será humana”.


El amor y la felicidad:
“Dios quiere que seamos siempre felices. Él nos conoce y nos ama. Si dejamos que el amor de Cristo cambie nuestro corazón, entonces nosotros podremos cambiar el mundo. Ese es el secreto de la auténtica felicidad”.


A los jóvenes en la Jornada Mundial en Madrid, en 2011:
“No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no se guarden a Cristo para ustedes mismos. Comuniquen a los demás la alegría de su fe. El mundo necesita el testimonio de su fe, necesita ciertamente a Dios”.

El futuro:
Que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad.


El trabajo:
“Deseo que no falte el trabajo, especialmente para los jóvenes, y que las condiciones laborales sean cada vez más respetuosas de la dignidad de la persona”.


El terrorismo y el radicalismo:
“Ante el terrorismo, el nihilismo y el fundamentalismo fanático es necesario un verdadero impulso de valentía y de fe en Dios y en el hombre para elegir recorrer el camino de la paz”.


El Holocausto:
El genocidio judío es un “crimen contra Dios y la humanidad” y “la minimización de este terrible crimen es intolerable y totalmente inaceptable”.


Cambios en la Iglesia:
“La renovación en la Iglesia debe comenzar en quien manda y extenderse al resto”.


Abusos de clérigos:
“Pedimos perdón insistentemente a Dios y a las personas afectadas, mientras prometemos que queremos hacer todo lo posible para que semejante abuso no vuelva a suceder jamás”.


Sobre su muerte:
“Pronto me enfrentaré al juez definitivo de mi vida. Aunque mirando hacia atrás en mi larga vida puedo tener muchos motivos de temor y miedo, sin embargo, tengo un estado de ánimo alegre porque confío firmemente en que el Señor no sólo es el juez justo, sino también el amigo y hermano que ya ha sufrido él mismo mis carencias y es, por tanto, como juez, al mismo tiempo mi abogado”.


“Yo no me preparo para un final, sino para un encuentro con el Padre”.


“Hoy dejo de hablarle a ustedes de Dios, para hablarle a Dios de Ustedes”…

El nombre Benedicto nos recuerda a San Benito de Nursia (480-547). En el Volumen 7 de La Enciclopedia. Madrid, 2004, encontramos los siguientes datos:
“Fue un monje benedictino, patriarca del monaquismo occidental. Marchó de Nursia a Roma, para ampliar estudios, y luego se instaló en Subiaco para dedicarse a la vida eremítica, o sea vida de ermitaño”.
Luego, continúa: “La historia eclesiástica refiere que el primer eremita fue San Pablo el Ermitaño, según la tradición. Y San Antonio Abad siguió su ejemplo en el siglo III. El entusiasmo por la vida retirada creció hasta extenderse por la Tebaida, Libia, Palestina Siria y otros lugares de Oriente. En Occidente no tuvo tan rápida difusión; uno de los más importantes eremitas occidentales fue San Benito”.

Maestro, sicólogo, gramático.

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Cristianismo Opinión

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