Amigas y amigos me han enviado videos en los que opinólogos comentan sobre que la “Ley anticorrupción” será una importante herramienta para la lucha contra la corrupción: con franqueza, semejante aseveración es, simple y llanamente, un despropósito, formulada con la intención de engañar, pues de la lectura de ese nuevo mamarracho normativo se aprecia, hasta de modo intuitivo, que la citada ley es únicamente una PANTOMIMA.
En definitiva, esa ley NO servirá para prevenir ni combatir la corrupción.
Sabido es que la citada ley anticorrupción se emitió por exigencia de organismos financieros internacionales, de modo especial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el proceso de conceder un multimillonario crédito al gobierno salvadoreño, así que no se trata de una iniciativa propia del bukelato, pero, en todo caso, el producto normativo surgido en razón de la presión del FMI es un adefesio, que otra vez evidencia tanto la perversión como la incapacidad de la actual administración gubernamental.
Así que, antes de contarles sobre algunas de las notorias omisiones, contradicciones e inutilidad de las disposiciones que forman esa ley, hay que tener en cuenta el contexto en el cual se ha emitido, específicamente, tres circunstancias:
- Primero, que el FMI haya requerido como exigencia para conceder el préstamo, que la administración del bukelato promulgue una ley anticorrupción, es muestra patente que el FMI sabe, fuera de toda duda, que en el gobierno salvadoreño está presente un esquema generalizado de rampante corrupción, en todos los niveles: evidente es, que si el FMI entendiera que la administración gubernamental salvadoreña fuere un prototipo de decencia, transparencia y rendición de cuentas, jamás pediría tal clase de ley.
- Segundo, que el bukelato haya aceptado presentar un proyecto de ley anticorrupción para que los diputados puyabotones hagan la mascarada de emitirla significa, de modo evidente, que el propio régimen reconoce, admite y acepta que la corrupción es un germen que pudre todo el sistema gubernamental actual.
- Tercero, es probable, en el actual contexto mundial, que el FMI, a pesar de que tiene conocimiento de la opacidad y la generalizada corrupción en el gobierno salvadoreño, opte por mirar a otro lado -o, como decían en mi pueblo, “hacerse el de los panes”- , esto es, hacerse el desatendido de la situación real en El Salvador y así, como eficiente banquero, prestar dinero a un alto precio, sabiendo que compromete al país, a sus generaciones presentes y futuras, no al sátrapa de turno.
En tal contexto, a fin de que el FMI no se sienta compungido -que no tenga la “contrición”- por dar dinero a un gobierno despótico y corrupto, se emite este fingimiento de ley que, además, TODOS SABEN QUE NO SE CUMPLIRÁ: el bukelato tiene claro que es una farsa, que no cumplirá nada y el FMI tiene conocimiento, también, que esa ley es una puesta en escena, que no sirve ni servirá de nada para detener la corrupción en la dictadura salvadoreña.
Veamos algunos ejemplos de la farsa que esa ley implica:
- La ley está repleta de conceptos y expresiones vacías de contenido, sin concreción real, de modo tal que no se indican planes o acciones concretas, sino puro humo de colores.
- Para hacer la farsa, se crea el Sistema Integrado Nacional Anticorrrupción (SINAC), que estará formado por doce entidades públicas…¡todas bajo control del bukelato!...¡ja,ja!: eso es de chiste de mal gusto. No se prevé la participación de la sociedad civil organizada ni de la academia, así que entidades estatales involucradas en corrupción serán las encargadas de prevenir que no exista corrupción…¡ja,ja!
- El ente rector del SINAC será la Fiscalía General de la República (FGR)…¡ja,ja!...vaya chiste de mal gusto: un fiscal participante de un golpe de estado y, según investigaciones periodísticas, abogado de personas de -digamos- “dudosa honorabilidad”, será el encargado de la lucha contra la corrupción..¡ja,ja!
- La declaración jurada contentiva de informe de activos y pasivos que los funcionarios públicos deberán presentar se haría ante el Ministerio de Hacienda (MH)..¡ja,ja!.., pero no se prevé que el MH deba auditar y verificar tal declaración, así que será como presentar un papel chuco, sin ningún valor.
- Al vincular el informe de activos y pasivos con la época de declaración de impuesto sobre la renta (ISR), se alegará que presentarán únicamente la información sobre los bienes y operaciones hechas en El Salvador, así que todo el platal y operaciones hechas en el extranjero, ¡NO se informarán!...así que, definitivamente, no se informará nada de lo “guardado” en sociedades offshore o en paraísos fiscales.
- Dicha ley, primero dice que el informe sobre activos y pasivos será considerado información “oficiosa”, es decir, información pública, pero cuatro párrafos después indica que el funcionario debe brindar su consentimiento para su publicación, así que, en realidad, la información será considerada “confidencial”, por lo que no se dará a conocer.
- Incurren en un nuevo “arguetazo”, al consignar que la ley es especial pero complementaria…nadie sabe qué quieren decir con eso.
- No hay plazo para que se emita el reglamento de la ley, así que todas las entidades estatales involucradas dirán que no pueden ejecutar la ley mientras la “presidencia” no emita el reglamento.
- La farsa esa de presentar informes de activos y pasivos será supuestamente obligatoria hasta ¡finales de abril de 2026!, así que olvídense que puedan ver esas declaraciones en el corto plazo.
- La ley no entrará en vigencia hasta agosto de 2025 y, con franqueza, lo previsible es que prorrogarán ese plazo…quizá unos 7 años…como hacen con las declaratorias de reservas de información.
En definitiva, pues, la mal llamada ley anticorrupción es únicamente un TRUCO PUBLICITARIO, algo así como, retomando una figura literaria que ocupé hace rato, a DRÁCULA CUIDANDO EL BANCO DE SANGRE o, para decirlo en términos de la sabiduría del pueblo de mis abuelos, esa ley es como “EL TACUAZÍN CUIDANDO EL GALLINERO”.
Abogado constitucionalista.