La etiqueta de los alimentos facilita la elección adecuada de los productos alimenticios, por lo que como consumidores debemos rechazar todo alimento envasado que carezca de etiqueta clara o que presente información insuficiente o incorrecta. Nuestro rol como consumidores es en primer lugar el de la lectura de la etiqueta. Esto evitará que se desencadenen patologías como alergias e intolerancias que puedan tener un desenlace fatal para el consumidor.
El etiquetado de alimentos es de gran importancia ya que uno de los principales objetivos es brindar la información necesaria para el correcto consumo, incluyendo tres aspectos: higiénico, nutricional y económico.
La etiqueta de un producto alimenticio debe contener información veraz, rigurosa y comprensible para poder ejercer una libre elección; es importante conocer si el producto que vamos a consumir contiene alérgenos (cereales con gluten, crustáceos y derivados, huevo, pescado, cacahuetes, soja, leche y derivados, frutos de cáscara, apio, mostaza, sésamo, moluscos, sulfitos y dióxido de azufre), cantidad de grasas, cuáles de ellas son saturadas, cuáles trans y cuáles insaturadas, proporción de hidratos, proteínas, fibra, y azúcares simples o si posee alguna sustancia dañina para nuestra salud. El etiquetado es algo que está en movimiento, que tiene cambios de manera continua, cambios que involucran todas aquellas modificaciones que se van produciendo, tanto desde el punto de vista tecnológico, legislativo, publicitario y normativo.
Toda etiqueta debe contener obligatoriamente: denominación de venta del producto, lista de ingredientes, cantidad y categoría de sus ingredientes, grado alcohólico en las bebidas con una graduación superior en volumen al 1,2 %, cantidad neta del producto, fecha de duración mínima o fecha de caducidad, condiciones especiales de conservación y de utilización, modo de empleo, identificación de la empresa: nombre, razón social o denominación del fabricante o envasador, número de lote y lugar de origen o procedencia.
En las recomendaciones nutricionales del producto no sólo conoceremos los nutrientes del alimento comprado, la etiqueta informará también sobre la cantidad diaria que debemos consumir de esos mismos, especialmente en el caso de vitaminas y minerales. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) es una agencia gubernamental de los Estados Unidos que aprueba y regula las frases de declaraciones sobre salud. Una declaración sobre salud es un mensaje en las etiquetas de los alimentos que describe la relación entre un alimento o un componente alimenticio (como la grasa, el calcio o la fibra) y una enfermedad o una afección relacionada con la salud.
Las tablas nutricionales que nos ofrece el etiquetado nos servirán sobre todo para controlar las calorías y los aportes de grasas y azúcares que consumimos. Muchas veces nos confundimos con los alimentos, pues creemos que bajo en grasas quiere también decir sin azúcar, cuando no es así, o lo mismo sucede a la inversa, ya que se pueden utilizar edulcorantes pero el alimento conservar el mismo aporte graso.
Recordemos que un alimento dañino puede llevarnos hasta la sala de un hospital, evitar estos sucesos está en gran medida en manos del consumidor. Según estudios las alergias alimentarias se han duplicado en los últimos años; la alergia se desencadena, esencialmente, cuando el sistema inmunológico “no funciona bien” y percibe una sustancia normalmente inocua como una amenaza (alérgeno), atacándola con las defensas inmunológicas del cuerpo. La clara tendencia al alza de este tipo de patologías se debe, según los expertos e investigadores, a factores medioambientales pero también nutricionales.
Consideremos pues que los alérgenos alimentarios pueden actuar en dosis muy bajas y llegar a ocasionar reacciones mortales, es evidente que los individuos sensibles deben evitar por completo los alimentos que desencadenan en su organismo la reacción alérgica. Para conseguirlo, es de vital importancia que la información del alimento que llega al consumidor a través de su etiqueta sea completa y de confianza. En casos como los celiacos, los alimentos no deben contener ningún porcentaje de gluten. Por ello la etiqueta será una perfecta guía para controlar al máximo esto o en los casos de intolerancia a la lactosa, ya que otros muchos contienen leche o derivados en su elaboración.
Como consumidores debemos estar conscientes de nuestro papel sobre la importancia de leer la etiqueta de los alimentos, es una acción decisiva para la selección de alimentos saludables no perjudiciales a la salud. Dediquémosle unos segundos a la lectura de las etiquetas cuando vayamos a comprar al supermercado y tengamos muy presentes las tablas nutricionales, usémoslas como guía a la hora de comprar, ya que estas serán un buen indicador para conseguir una adecuada y correcta alimentación.
Ingeniera en alimentos y directora de la Organización Sonrisas y Amor para Todos.