Cuando los de la tercera edad estudiábamos bachillerato, en la materia de Constitución aprendimos que en nuestra Carta Magna había unos artículos llamados “cláusulas pétreas”, que como grabadas en piedra no podían nunca tocarse ni cambiarse. Estas se referían al sistema de gobierno, a la alternabilidad en la presidencia de la República y al uso del referéndum, consulta popular permitida únicamente para pedir al pueblo su opinión sobre la unión de Centroamérica.
Pero durante esta administración, el Vicepresidente Ulloa, por mandato de Bukele, ha emprendido la tarea de reformar la Constitución, o más bien redactar una nueva porque modifica más de 200 artículos de la anterior. Sorprende que un abogado con experiencia como Félix Ulloa haya olvidado su formación jurídica desde el inicio de este ilegal proyecto. Que esa nueva redacción procede de una iniciativa del Ejecutivo cuando debería ser un proyecto emanado de la Asamblea Legislativa, más convocar una Constituyente y de otra Asamblea que la pueda ratificar.
Anuncia la formación de una comisión ad-hoc para llevar a cabo estas reformas, que sobre la marcha se conoció la renuncia del Dr. Fabio Castillo, y que el Vicepresidente se enorgullece de haber contado en esta comisión con la figura señera de un prestigioso constitucionalista español. ¿Con qué cara el Vicepresidente se atrevió a señalar a este importante jurisconsulto, su intención de borrar de cuajo las cláusulas que se refieren a la reelección presidencial y a las sanciones que la Constitución señala a quienes la promuevan, olvidando que se llaman pétreas porque no están solo escritas en un papel, sino más bien en piedra para que no puedan borrarse?
Muchos abogados constitucionalistas han expresado su desacuerdo ante semejante atropello a la Constitución, que los funcionarios bukelistas juraron respetar, y que el argumento de Ulloa y de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral que la resolución emitida por los magistrados de la Sala de lo Constitucional, impuestos ilegalmente, no tiene ninguna validez y, por lo tanto, no es de estricto cumplimiento. Y como muy bien afirma Erika Saldaña, “en un Estado de derecho hay sanciones para quienes incumplen los mandatos de la Constitución”.
Una vez más, los diputados oficialistas, en su afán de congraciarse con Bukele, están promoviendo la reelección en sus cuentas de redes sociales y en grupos de choque en la Asamblea Legislativa, vociferando por la reelección,
demostrando una vez más su falta de idoneidad para ser representantes del pueblo, ya que desconocen estos artículos importantes de la Constitución. La diputada Alexia Rivas participó en un foro en EE.UU. para promover la reelección. Debe memorizar el Artículo 75, numeral 4 de la Constitución, que establece que “pierden sus derechos ciudadanos los que suscriban actas, proclamas o adhesiones para promover o apoyar loa reelección o la continuación del Presidente de la República”. El Art. 88 que advierte “que la violación de la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República, obliga a la insurrección”. Y el 154 que claramente establece que “la persona que haya ejercido la presidencia no puede continuar en sus funciones, ni un día más”. ¿Entendieron, señores bulistas?
Y aunque el presidente de la Asamblea dijo no tener en el radar las reformas constitucionales, al Vicepresidente Ulloa no le afectó este balde de agua fría, sino más bien anunció foros públicos sobre el tema que se desarrollarán en las universidades para elaborar un informe por un equipo de expertos internacionales. ¿Estarán estos expertos dispuestos a destrozar las cláusulas pétreas que defienden nuestra forma de gobierno y prohíben explícitamente la reelección presidencial? ¿Considerará Félix Ulloa que los salvadoreños que hemos aprendido a respetar la Carta Magna estaremos dispuestos a tolerar un gobierno que la destroza para beneficiarse y permanecer en el poder para beneficio personal?
Maestra.