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Dos fracasados delirios del dictador (I)

Ya se hizo público, con escasos datos, que el proyecto de la billetera digital del gobierno es un absoluto desastre y que simplemente ha servido para malgastar cientos de millones de dólares de fondos públicos.

Por Enrique Anaya
Abogado constitucionalista

En el contexto de las negociaciones que el gobierno salvadoreño sostiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ante la exigencia de este sobre algunos mínimos de transparencia en el manejo de los recursos estatales, ello ha posibilitado que la ciudadanía conozca, ya en forma "oficial", dos rotundos FRACASOS DEL BUKELATO, como son el proyecto bitcoin y la reforma del sistema previsional.

La poca información que se venido haciendo pública sobre ambas políticas del bukelato permite constatar que las dos han sido, en realidad, DELIRIOS DEL DICTADOR, ya que, por un lado, el proyecto bitcoin en El Salvador ha demostrado ser, en la práctica, una ALUCINACIÓN DEL DICTADOR, pero que ha chocado, de modo estrepitoso, con la realidad; y, por otro lado, EL DESVARÍO DE LA REFORMA PREVISIONAL se ha confirmado es, en puridad, una ESTAFA MAESTRA DE LA DICTADURA, pues se han vuelto realidad los pronósticos más nefatos que sobre la misma se denunciaron desde noviembre de 2022, cuando el dictador anunció, con una camándula de falsedades, la reforma al sistema previsional.

 En un espacio de opinión es prácticamente imposible resumir todas las falencias y mentiras que acreditan que ambos proyectos son simples quimeras: una, posiblemente producto de fantasía disparatada; la otra, al menos en mi opinión, un plan perverso e intencional para apropiarse de los ahorros previsionales de los cotizantes al sistema de pensiones.

 Veamos primero algunas de las carencias -jurídicas, económicas- del escandaloso fracaso -y ridículo mundial- con el proyecto bitcoin:

-En el fiasco que fue y es la Ley Bitcoin se intentó asegurar que dicho criptoactivo operaría como una moneda de curso legal (en realidad, ni eso se consignó), pero la realidad es que una enorme mayoría de la población no la aceptó como divisa para sus transacciones.

-Y es que, era previsible que la población no la aceptaría, simple y sencillamente porque el bitcoin no fue creado ni está diseñado para operar como moneda, sino que es un activo especulativo, dirigido más bien para inversiones: hay que ser un fantasioso necesitado de tratamiento médico para pensar que una población pobre como la salvadoreña, en lugar de utilizar sus escasos ahorros -cuando puede hacerlo- los utilizaría para inversiones especulativas en lugar de atender sus necesidades más apremiantes.

-Desde un inicio del proyecto bitcoin quedó anunciado su fracaso, pues las contradicciones de la ley bitcoin y su intento apresurado de su implementación impusieron que dictador saliera con la payasada aquella que con relación al bitcoin, las personas "debían aceptarlo, pero podían no recibirlo": si la ley decía que el bitcoin era "de curso legal, irrestricto con poder liberatorio, ilimitado en cualquier transacción y a cualquier título", es evidente que la intención inicial fue imponer el bitcoin como moneda de curso legal, pero al constatar, incluso antes de entrar en vigencia la ley, que eso sería imposible, salieron la ridiculez esa de "sí, pero no", lo que fue un presagio del fracaso.

-Para intentar implementar el proyecto se gastaron, con total opacidad y sin rendición de cuentas, decenas o quizá centenares de millones de dólares, gastados entre otras cosas: 

a.en la creación de una billetera digital tan "amigable" como un dolor de muelas, que en esencia solo sirvió para el cometimiento de infracciones penales relacionadas con la suplantación de identidad (y que la Fiscalía General de la República -FGR- a pesar de al menos cientos de denuncias, jamás investigó); 

b.en la instalación de cientos de casetas y cajeros para intercambio de bitcoin a dólares, así como cientos de empleados para apoyar tal operación, pero la verdad es que la mayoría de las personas solo las utilizaron para retirar los treinta dólares que el gobierno regaló y, ahora, las casetas solo sirven para que los perros callejeros se resguardan del calor o de la lluvia, sin que sepamos a quienes se pagó por las casetas o por los cajeros;

c.en el regalo de treinta dólares a quienes instalaron la billetera digital cuya creación y gestión pagó el gobierno, respecto de la cual funcionarios públicos aseguraron que fueron cientos de miles de personas (incluyendo casos fraudulentos), así que, como si los fondos públicos fueran dulces en piñata, se repartieron, sin ningún control y autorización legal, millones de dólares;

d.la supuesta compra, siempre opaca, sin autorización legal, sin rendición de cuentas y sin información pública, de bitcoins con fondos públicos, desconociendo hasta la fecha quién es el titular de los bitcoins comprados, (es decir, a nombre de quién están), ni quién los administra, ni bajo qué billetera se gestionan.

Así que la propaganda de que la implementación del bitcoin supondría para El Salvador un despegue económico nunca visto en la historia humana quedó reducida a un cohete soplado, pero que ha significado un gasto multimillonario de recursos estatales, sin ninguna autorización legal previa y sin ningún control. Pues lo que se había expuesto que sucedería, ocurrió: ante la necesidad del gobierno salvadoreño de acceder a un préstamo con el FMI, se comprometió a que la aceptación del bitcoin sea "voluntaria", que los impuestos solo puedan pagarse con dólares, y que "se mejorará la transparencia, la regulación y la supervisión de la industria de activos digitales": forma diplomática de decir que el proyecto bitcoin en El Salvador se echó al basurero de la historia económica, que no sirvió de nada y que debe informarse sobre lo gastado y lo que actualmente se tiene.

Y, además, ya se hizo público, con escasos datos, que el proyecto de la billetera digital del gobierno es un absoluto desastre y que simplemente ha servido para malgastar cientos de millones de dólares de fondos públicos.

Lo intenté…pero fue imposible resumir en una sola colaboración los dos temas, así que en la próxima les comento sobre la confirmada estafa de la reforma del sistema previsional.

Abogado constitucionalista.

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