Por En medio de elecciones y procesos electorales en El Salvador, creo que debemos hacer una pausa y ver un poco el colapso medio ambiental que está ocasionándose en ciertas regiones de Chile por causa de incendios que han ocasionada cerca de 123 muertes, 200 desaparecidos y mas de 165 incendios, de los cuales 19 están en observación, 40 siguen en combate, 112 han sido controlados y 4 extinguidos, por mencionar datos de las autoridades del país suramericano. Sin duda la peor ola de incendios en la historia reciente de Chile, la cual se ve alimentada por las altas temperaturas que suman a que se generen ese tipo de catástrofes.
Esa ola de calor en cuestión, favorece que los focos de incendios de propaguen junto a otras condiciones climáticas actuales. Así lo explicó Eduardo Bustos, director de Comunicaciones del Centro de Cambio Global UC, en una entrevista en televisión. Explica que se cumplen las condiciones a lo que los expertos en el tema denominan la llamada “regla del 30”, que consiste en una temperatura ambiente igual o superior a los 30 grados, rachas de viento del orden o superiores a 30 kilómetros por hora y una humedad relativa del aire inferior al 30%, en síntesis, un estatus climático que forma parte de las causas que derivan en incendios.
Para ello, es menester que los temas del cambio climático y la educación ambiental puedan ser retomados con fuerza para la población en Chile y en el resto del mundo. Esto es porque, tomando siempre como referencia el caso actual en Chile, el país andino demanda una política que fomente la cultura preventiva ya que también muchos incendios de gran envergadura son la causa instantánea que puede llegar a generar pobreza y marginalidad en las zonas rurales.
Un estudio del profesor Cristián Bonacic, académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, resalta, y cito textualmente, que “Las zonas que se quemaron hace dos años han tenido muchos problemas para salir adelante, por lo tanto, este no es solamente un problema ecológico, sino que también económico y sociológico que el país tiene que enfrentar de una manera distinta. Hoy solamente estamos preocupados de ser eficientes en apagar incendios, pero debemos generar una política integral de cómo manejar el paisaje, cómo integrar los bosques que son captadores de carbono y que producen muchos servicios para la comunidad, con el fin de que tengamos realmente ecosistemas más resilientes a los incendios y que provean bienes y servicios para la sociedad en el largo plazo. Ese es el tema de fondo acá: La colaboración público privada y que la sociedad asuma el patrimonio forestal como un patrimonio importante para el desarrollo del país a gran escala”.
Esto sin duda deja en entredicho que no solamente bastara con atender de manera inmediata los estragos del presente, sino que demandas políticas de acción que generen concientización y buenas prácticas para poder prevenir de la mejora manera estos fenómenos que sin duda van a gran escala por el problema que subsiste por el cambio climático que enfrentamos a nivel global. Por ello, las autoridades deben ejercer un papel de coordinadores relevantes, que permitan el trabajo colaborativo con el resto de sectores sociales para poner de pie nuevamente al país y a los afectados por esta lamentable tragedia, dejando adversidades, intereses económicos, políticos, partidarios y enfocando un esfuerzo para poder hacer palpables las acciones que se requieran poner en marcha. Gran reto para el joven presidente Gabriel Boric, quien ya ha manifestado la solidaridad para con los afectados, pero que tendrá que poner acciones concretas en marcha y tomar cartas en el asunto de manera contundente, junto a su gabinete de gobierno. Solidaridad y resiliencia para el pueblo chileno en estos momentos difíciles.
Abogado
Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas
Director de Internacionalización de la UNSSA