El 19 de octubre es el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, buscando sensibilizar y concientizar sobre la importancia que se debe tener por parte de las mujeres el realizarse exámenes de mamas regularmente, fomentándose la buena práctica en el diagnóstico precoz del cáncer al que se hace referencia. Sin embargo, el punto más complejo no está en el chequeo o prevención anticipada para tratar la enfermedad. El desafío real nace cuando la persona se entera de que padece de cáncer y saber cómo sobrellevarlo.
Quizá pueda ser un poco infrecuente o insólito que un abogado aborde un tema que usualmente lo puede desarrollar un especialista en el área de la salud y la medicina, pero se requiere abordar un tema de interés social que abate a muchas mujeres en el mundo, sin importar estatus sociales, edades, raza, ideologías, religión o cualquier otro rasgo que pueda identificarles. Haciendo referencia a datos de la Organización Mundial de la Salud, las estadísticas arrojan un estimado de que cada año en las Américas, más de 462 mil mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama, y casi 100 mil mueren a causa de esta enfermedad, siendo datos que no pueden pasar desapercibidos.
Tratando el tema con mi padre que, día a día afronta con vocación y entusiasmo el cáncer de mama con sus pacientes, mencionaba que lo más complejo llega cuando la persona debe reconocer que padece de cáncer y, además, el desconocimiento que muchas veces afronta una paciente al no identificar que cada tipo de cáncer es diferente, lo cual debe instar a ser abordado de manera independiente y especial. El abordaje en cada paciente debe realizarse gradualmente, como cuando uno debe tomar las escaleras e ir subiendo gradas poco a poco, paso a paso sin desistir y seguros de lo que en cada etapa debe de irse realizando.
Por ello, la parte emocional y el entorno de una paciente son claves para poder sobrellevar de manera resiliente un proceso de esta naturaleza. El abordar el tema con la persona que tiene cáncer, escuchándola, comprendiendo sus sentimientos, sin subestimarle ni juzgarle, mostrando una actitud de acompañamiento y apoyo, cercanía y comprensión en todo momento. En situaciones de incertidumbre y miedo, la resiliencia de las personas que integran el entorno de una persona que posee cáncer ayudan en positivo. El estar preparados/as para el abordaje de los temas que pueda manifestar la persona y manifestarle a quien debe luchar contra este desafío que no está sola, forma parte de un acompañamiento real y de ayuda.
Emplear un buen sentido del humor, también ayuda en el apoyo de sobrellevar la enfermedad, aliviando en cierta medida el estrés, la tensión, la ansiedad, la angustia que pueda llegar a sentirse en un momento determinado. Por otra parte, el respetar la privacidad de la persona que posee cáncer, dejando que ella misma informe de su enfermedad cuando lo estime pertinente, sin importar cuán cercano sea el vínculo entre las partes involucradas, ya que a una paciente puede tomar tiempo ajustarse emocionalmente y estar lista para compartir su situación.
Más allá de las adversidades y desafíos que puedan existir en cada uno de los casos de cáncer de mama, el acompañamiento y el buscar fomentar un entorno alegre y sano, siempre será de gran ayuda aun cuando la persona se encuentre en una etapa final de vida. La vida no es un ensayo, por lo que como miembros de una sociedad debemos sumarnos al esfuerzo en la búsqueda y acompañamiento en la manera de nuestras posibilidades, a las personas que se encuentran enfrentando este reto de vida, motivando, colaborando y fomentando el ser resilientes ante retos de vida como estos.
(En agradecimiento a personas de mi entorno que me han compartido su experiencia de vida contra el cáncer y a mi padre Luis Mario que con su profesión y vocación medica continua su camino apoyando en el tratamiento del cáncer de mama).
Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas, Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nueva San Salvador