El cáncer gástrico es el cuarto cáncer más frecuente en El Salvador. Durante el año 2022 atendimos en el ISSS 166 casos nuevos entre las edades de 25 a más de 90 años, estando el 77% de ellos entre 50 y 84 años. Debido a que el 90% de casos son recibidos en estadios avanzados de la enfermedad, en ese mismo año lamentamos la muerte de 136 derechohabientes, después de haber invertido en ellos cientos de miles de dólares (o talvez millones) en diversos tratamientos y múltiples ingresos hospitalarios.
El cáncer gástrico es una enfermedad perfectamente prevenible ya que se desarrolla en un largo y crónico proceso inflamatorio de la mucosa gástrica en un período de 30 a 50 años, ocasionado principalmente por la infección de la bacteria Helicobacter pylori (H. pylori), adquirida durante la infancia por lo general antes de los 10 años de edad, la cual produce sucesivamente gastritis atrófica, metaplasia, displasia y cáncer inicial con el concurso de otros factores como el fumado, ingesta abusiva de alcohol, consumo de alimentos salados o preservados con nitritos como los embutidos, poca ingesta de frutas y verduras y a veces la presencia de mutaciones genéticas familiares. Estos cambios en la mucosa gástrica suceden sin producir ningún síntoma. Cuando el paciente consulta por molestias abdominales, agruras, sangrado o pérdida de peso, el cáncer está tan avanzado que a pesar del tratamiento fallece en meses. El cáncer inicial evoluciona a cáncer avanzado en un período de 4 a 42 meses.
Para prevenir el cáncer gástrico es urgente que en el ISSS se inicie una doble intervención sanitaria a) Un programa de tratamiento de erradicación de la infección por H. pylori en la población de 30 años de edad (prevención primaria) para detener el ciclo gastritis atrófica, metaplasia, displasia, cáncer inicial y b) Realizar endoscopía digestiva superior de tamizaje a los afiliados de 40 años asintomáticos para detectar el cáncer gástrico en etapas iniciales (prevención secundaria) a fin de mejorar el pronóstico y la sobrevida. Si la endoscopía revelara lesiones de alto riesgo como gastritis atrófica extensa, metaplasia incompleta o displasia, deberá repetirse al año y si no hubiera lesiones de alto riesgo, se repetirá en 3 años.
Para eso necesitamos primero instruir a nuestros afiliados a cambiar sus hábitos, su dieta, su estilo de vida; luego hacer una prueba de detección del antígeno H. pylori en heces a los 40,747 afiliados de 30 años de edad, a un costo de $3.00 cada una, con una inversión de $122,241. Suponiendo que estén infectados el 50% de ellos (20,374 afiliados) y que el tratamiento para la erradicación de la bacteria cueste $30.00 cada uno, la inversión sería de $611,205.00, la cual se hace una sola vez al año en los afiliados que van cumpliendo 30 años. El costo total anual de la prevención primaria del cáncer gástrico sería de $733,446.00.
Los afiliados de 40 años para el año 2022 fueron 35,633; si realizáramos endoscopía digestiva superior a todos ellos a un costo de $25.00 cada una, sería una inversión de $890,825.00 más unas 12 mil endoscopías de seguimiento anuales que agregarían unos $300 mil mas, el costo total anual de la prevención secundaria (detección temprana) sería de $1,190,825.
En total, el programa de prevención primaria y secundaria para el cáncer gástrico costaría $1,924,271.00 (aproximadamente $2 millones), de esta forma, detectaríamos la inmensa mayoría de casos en etapas tempranas que con cirugía alcanzarían la curación o por lo menos una sobrevida a 5 años de un 90%, muchos de ellos sin necesitar quimioterapia ni radioterapia ni prolongados internamientos que consumen infructuosamente los recursos de la institución y que de todas maneras nos dejan 136 fallecidos anuales después de indecibles sufrimientos de los pacientes, sus familias y el personal sanitario.
Cirujano Oncólogo