Si usted está siguiendo lo que está pasando en la cumbre climática que se está llevando a cabo en Dubai, llamada COP28, se tiene que haber quedado con la boca abierta al leer lo que coincidieron en decir, indudablemente sin ponerse de acuerdo previamente, los grandes financistas y empresarios que atienden el evento, y la reacción horrorizada de los que los escucharon, cuando les dijeron que la participación de financistas privados es necesaria para llevar adelante los proyectos que los encargados de políticas climáticas han diseñado. Estos encargados estiman que esperaban que los financistas privados—es decir, los ahorrantes del mundo—financiarían la mayor parte de las sus necesidades anuales, que andarán entre 5 y 10 millones de millones de dólares por año. Los grandes financistas, incluyendo a Ray Dalio, fundador de Bridgewater Associates, el hedge-fund más grande del mundo, y representantes de J. P. Morgan, el Bank of America, Citi Global Insights, y Prudential Plc, hicieron una gran revelación a los que proponían este financiamiento. En resumen, les dijeron que sí, que con gusto proporcionarían mucho dinero pero siempre y cuando los proyectos fueran rentables. La noticia estalló como una bomba. Bloomberg reportó lo que había dicho Dalio (“Lo tienen que hacer rentable”) dándole el estatus de un nuevo mantra que está reverberando por el campus de la conferencia.
Supongo que usted se quedaría con la boca abierta al leer esto, no porque lo que dijeron los financistas fuera una gran innovación—es y ha sido la realidad de la inversión durante toda la historia, incluyendo la de los países comunistas, que, igual que los capitalistas, entendían que los negocios que pierden dinero se hacen cada vez más pequeños y terminan quebrando. Lo que deja con la boca abierta es que las circunstancias del mundo sean tales que esta aclaración tan primaria de los hechos de la vida dejara tan pasmados a los diligentes creadores de proyectos para que los financien otros, y que los periodistas hayan considerado reportar al mundo entero algo que es una verdad de Perogrullo. El que estas declaraciones hayan disparado estas reacciones lo deja a uno tratando de entender cómo es que gente que no entiende esto ha llegado a posiciones tan altas en gobiernos y ONGs. No hay duda de que detrás de esto hay una separación de la realidad de grandes porciones de las élites gubernamentales que cada vez más piensan, influenciados por conferencias baratas, que todo puede lograrse en esta vida sin tener que prestar atención a costos y dificultades. Pero con toda justicia no puede decirse que sólo son ellos los que han caído en esta ensoñación. Para empezar, notemos cómo los periodistas de un medio tan famoso como Bloomberg piensan que lo que dijo Dalio no es algo que todo el mundo sabe sino un mantra que contiene sabidurías ocultas. Quizás nunca lo habían pensado. Quizás no se pagaron sus estudios universitarios vendiendo en un supermercado. O atendiendo una cafetería.
Pero también hay que ser claros y recordar que en la reunión de hace dos años, en la cumbre de Glasgow, los financistas anunciaron compromisos por 130 millones de millones de dólares. En ese momento, los financistas estaban felices porque los aclamaron como héroes. Ahora, dos años después, aclaran que esos 130 millones de millones existen pero, como reportó Bloomberg que había dicho Ramaswamy Variankaval de J. P. Morgan: “…pero es capital en busca de retornos, de modo que usted necesita inversiones bancables que puedan proveer apropiados riesgos y retornos”. Shriti Vadera, que maneja Prudential Plc., explicó así el tema: “Estemos claros. El sector privado sólo hace cosas que son comerciales y crean retornos comerciales; está allí para preservar el capital de sus clientes, los ahorrantes, pensionados, y depositantes.” https://www.bloomberg.com/news/articles/2023-12-06/ray-dalio-puts-profits-back-in-focus-asgreen-finance-falters?srnd=premium-europe
La verdad es que estas verdades de Perogrullo pueden estar siendo redescubiertas en estos tiempos después de que el mundo vivió por muchos años en un mundo de maravillas en el que muchos economistas y financistas pensaron que las técnicas financieras habían avanzado tanto que si, cualquier cosa se podía financiar sin tener que prestar atención a los riesgos y los costos porque el dinero sobraba tanto que en muchos países los intereses se volvieron negativos.
Hoy que los intereses van subiendo, el mundo se ve diferente. Varios de los inventores de nuevas monedas están en la cárcel o apenas se han salvado de ella pagando enormes multas. Muchos de los negocios en los que grandes empresas financieras se metieron no por ser rentables sino porque los dejaba como héroes han salido mal y han hecho que las juntas de accionistas y los reguladores les llamen la atención recordándoles que su primera obligación es con sus accionistas, quienes, de todos modos, no están en humor de perder dinero.
Es hora de que ese mantra que tiró Dalio se vuelva popular y que los gobiernos y los mismos financistas lo entiendan, que no es ninguna gracia perder el dinero de los ahorrantes.
Manuel Hinds es Fellow del The Institute for Applied Economics, Global Health, and the Study of Business Enterprise de Johns Hopkins University.