PUESIESQUE…siendo honestos, sabemos que reunir en un solo documento todas las MENTIRAS que el candida-presidente Bukele ha dicho durante la última década generaría, con certeza, varios tomos o volúmenes: y es que Bukele actúa como un mitómano en condición grave, pues miente sin rubor, sin importarle que días, meses o años después se contradiga con lo expresado previamente. A Bukele no le importa la coherencia, lo que le interesa es el engaño.
Así, como no contamos con el tiempo ni el espacio para reseñar la larguísima camándula de falsedades que, ya sea de su propia boca, de sus post (antes tuits) o de sus voceros, ha expresado el candida-presidente Bukele, aprovecharemos este espacio para recordar algunas de las MENTIRAS más groseras y vulgares que el bukelato ha divulgado.
Se trata, por supuesto, de una lista personal, seleccionada por este amigo de todos ustedes, por lo que no existe un orden de prelación en la reseña que haré en estas semanas, pero sí se trata de las mentiras que en mi opinión son las más dañosas, tanto social, como política y económicamente.
Para iniciar, una de las mentiras más graves desde la perspectiva política y social es lo relativo a la REELECCIÓN PRESIDENCIAL INMEDIATA: vaya…cuantos ilusos -muchos, a su propia conveniencia- cayeron en el engaño, cuando desde el bukelato se aseguraba que no se presentaría candidatura presidencial para un segundo mandato consecutivo o inmediato; que no pasaría esa línea roja decían abogados, empresarios y diplomáticos.
Sin embargo, como todos sabemos, incluyendo a Bukele y sus secuaces, abogados, diplomáticos y gobiernos extranjeros y, en fin, cualquier persona mínimamente razonable, la candidatura de Bukele para una reelección presidencial inmediata es, desde la perspectiva política-social, una ESTAFA y, desde la perspectiva jurídica, una INCONSTITUCIONALIDAD.
Bukele y sus bufones (en primer lugar, el candida-vicepresidente con sus payasadas de artículos escondidos y segundos mandatos), saben de la estafa e inconstitucionalidad que representa la candidatura a la reelección presidencial inmediata, pues desde años y en repetidas ocasiones decían, por ejemplo, que “La Constitución no permite que la misma persona sea presidente dos veces seguidas, puede ser presidente 80 veces si quiere pero no seguidas”; o que en El Salvador, “no hay reelección, por lo que yo estaría fuera de la presidencia a los 42 años”; o que “lo que no está permitido es la reelección presidencial inmediata”.
Es evidente que se trató de un montaje desde sus inicios, pues el bukelato tiene en su esencia la búsqueda de la concentración y perpetuación en el poder, sin respeto a las reglas básicas de la democracia constitucional, como son la observancia de los derechos humanos y la separación de poderes.
La reelección presidencial inmediata era y es parte del perverso plan del bukelato para establecer en El Salvador una dictadura personalista y familiar, al modo de Nicaragua, y cuya ejecución se fue adecuando según las circunstancias políticas de cada momento, efectuando maniobras tendentes a exterminar la institucionalidad (lo expusimos y denunciamos desde 2020).
Así, los del bukelato primero intentaron, en febrero de 2020, un auto-golpe a lo Fujimori, invadiendo la Asamblea Legislativa (AL) con militares y policías, pero a última hora abortaron el plan; sin embargo, el proyecto totalitario comenzó a ejecutarse de nuevo a partir del 1 de mayo de 2021, cuando una mayoría legislativa sumisa al bukelato dispuso el descabezamiento del sistema de justicia, con el cese de los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (SCn/CSJ) y del Fiscal General de la República (FGR); actos que si bien fueron formalizados por la AL, se ejecutaron por orden de Bukele, como “su” propio ministro de justicia y seguridad pública (MJSP) lo ha declarado en reciente entrevista televisa, al reconocer que fue Bukele quien “nombró” a los “magistrados” de la SCn/CSJ.
A partir del golpe de Estado del 1 de mayo de 2021, ya solo fue cuestión de tiempo ir ejecutando el proyecto autoritario que, a modo de conspiración por grupo ilegal, comprendió al menos los siguientes eventos: (a) normas y acciones autoritarias durante la pandemia, como estrategia tanto para imponer miedo (capturas y detenciones ilegales, cierres de negocios) como para evaluar la reacción de partidos políticos y de la sociedad civil organizada; (b) el mamarracho de “resolución” de los operadores políticos que usurpan funciones en la SCn/CSJ, en la que desinterpretando la Constitución e imponiendo una mutación ilegítima, firmaron (nadie cree que los usurpadores la hayan escrito) un papel que les ordenaron suscribir, en el cual aseguran que está autorizada la reelección presidencial inmediata; (c) la inscripción de la candidatura presidencial de Bukele por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE), en una evidente muestra de servilismo y cobardía institucional; y, (d) la farsa de licencia que la AL -en una expresión más de su vasallaje- concede a Bukele para que supuestamente se separe del ejercicio de la presidencia en los seis meses previos al inicio del período presidencial de 2024.
Pero tengamos claro que el plan totalitario del bukelato no termina con un quinquenio más de Bukele, sino que pretende extenderse mucho más en el tiempo. Ya sé que Bukele dijo que no está en procura de la reelección presidencial indefinida, porque la Constitución no se lo permite ni él no quiere…¡ja, ja, ja!...como si alguna vez le hubiere interesado cumplir con la Constitución, o como si fuere la primera vez que miente.
Así que el bukelato seguirá persiguiendo perpetuarse en el poder, ya sea en persona del ídolo de barro, en un familiar o en un testaferro.
Así que, a pesar de sus declaraciones previas y de la palabra de honor comprometida en el juramento constitucional, Bukele MINTIÓ y MIENTE sobre la reelección presidencial inmediata: ese es el valor de la palabra del candida-presidente, una sarama insignificante.
Abogado constitucionalista.