Dos físicos y un politólogo se reunieron a discutir el concepto “el inmediato anterior”…; el tiempo -como magnitud física- permite ordenar los sucesos o hechos en secuencias, estableciendo un pasado, un futuro y un tercer conjunto de eventos ni pasados ni futuros respecto a otro: el presente.
El primer físico comienza: En la teoría de la mecánica clásica se llama presente a eventos simultáneos a uno en particular. En mecánica relativista el concepto de tiempo es más complejo: los hechos simultáneos (presente) son relativos al observador, salvo que se produzcan en el mismo lugar del espacio.
Y agrega: El tiempo es una de las siete cantidades físicas fundamentales tanto en el Sistema Internacional de Unidades (SI) como en el Sistema Internacional de Cantidades. La unidad de tiempo base del SI es el segundo.
A ver, interrumpe el otro físico: Dados dos eventos puntuales X1 y X2, que ocurren respectivamente en instantes de tiempo t1 y t2, y en puntos del espacio diferentes P1 y P2, todas las teorías físicas admiten que estos pueden cumplir una y solo una de las siguientes tres condiciones:
1.- Es posible para un observador estar presente en el evento X1, y luego estar en el evento X2, y en ese caso se afirma que X1 es un evento anterior a X2. Además, si eso sucede, ese observador no podrá verificar X2.
2.- Es posible para un observador estar presente en el evento X2 y luego estar en el evento X1, y en ese caso se afirma que X1 es un evento posterior a X2. Además si eso sucede, ese observador no podrá verificar X1.
3.- Es imposible, para un observador puntual, estar presente simultáneamente en los dos eventos X1 y X2.
Entonces, agrega: Dado un evento cualquiera, el conjunto de eventos puede dividirse según esas tres categorías anteriores. Es decir, todas las teorías físicas permiten, fijado un evento, clasificar a los eventos en: (1) pasado, (2) futuro y (3) resto de eventos (ni pasados ni futuros).
Interrumpe el otro físico: Efectivamente, la clasificación de un tiempo presente es debatible por la poca durabilidad de este intervalo que no se puede medir como un estado actual sino como un dato que se obtiene en una continua sucesión de eventos.
En mecánica clásica esta última categoría está formada por los sucesos llamados simultáneos, y en mecánica relativista, por los eventos no relacionados causalmente con el primer evento. Sin embargo, la mecánica clásica y la mecánica relativista difieren en el modo concreto en que puede hacerse esa división entre pasado, futuro y otros eventos y en el hecho de que dicho carácter pueda ser absoluto o relativo respecto al contenido de los conjuntos. Así, el susodicho “inmediato anterior” dependerá de la posición respecto a qué o quién hagamos referencia…
Interrumpe el politólogo: Entonces, ¿qué es el inmediato anterior…? ¿Es un concepto de la mecánica clásica o relativista? ¿Es igual para todos o depende del observador?
Digamos que estamos en una fila en donde hay diez personas esperando pagar en un cajero, la quinta persona está entre la cuarta y la sexta; el inmediato anterior a la quinta persona es la cuarta persona; pero si observo la fila a la inversa la posición cambia, el inmediato anterior a la quinta persona sería la sexta persona…
El debate se comienza a tornar filosófico…
No, dice el primer físico, estamos analizando mal las cosas; no es un tema de posición, sino de duración de un suceso medido en reposo respecto a un sistema, la duración de ese suceso medida desde un sistema de referencia que se mueve con velocidad constante…
Espérese, interrumpe el politólogo: Según Luhmann, el tiempo es una construcción social convencional, de esta manera el tiempo está situado desde la perspectiva del observador; y en una línea de tiempo podría representar gráficamente los momentos en puntos y los procesos en segmentos. El inmediato anterior es simplemente el que está antes del punto de referencia…
Pero eso es relativo, señala el físico, y acudo al axioma de Einstein: “Cuando cortejas a una bella muchacha, una hora parece un segundo. Pero te sientas sobre carbón al rojo vivo, un segundo parecerá una hora”. El tiempo es relativo. El inmediato anterior puede ser otro…
A ver, irrumpe de nuevo el politólogo: Si Pedro tiene tres hijos, Juan de 18, María de 15 y José de 10, ¿quién es el inmediato anterior a Juan? Es María, no hay vuelta atrás. Podría ser José también, añade el físico, porque el inmediato es María, pero el anterior a María es José…
Se echa una carcajada el politólogo: Esto me suena a la paradoja de Zenón de Elea, Aquiles nunca alcanzaría a la tortuga, ya que hay una distancia entre uno y otro, y resulta que esa recta está formada por un número infinito de puntos y no se puede superar el infinito.
¿Podremos dilucidar quién es el inmediato anterior…?; inmediato anterior ¿de quién…?
En esos momentos ingresa don Luis, el señor que hace limpieza y mantenimiento, y le pregunta el físico: A ver, don Luis, si usted cobró su salario en septiembre, ¿cuál es el mes de cobro de su salario inmediato anterior? Y respondió: Pues, agosto, profesor…
—¿No es julio?
—Ese es anterior a septiembre, mas no el inmediato; el inmediato anterior es agosto, y se lo digo porque me pagaron a tiempo…
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Investigador Educativo/opicardo@asu.edu