Durante los tres años de gobierno bukelista, los salvadoreños nos hemos acostumbrado a que las noticias sobre el quehacer nacional las recibimos en dos versiones, con la opción de cuál de las dos creer. Para lograrlo se necesita un poco de sentido común y otro tanto de razonamiento sobre el tema, para aceptar la que merezca más credibilidad por haber sido formulada con criterios confiables.
La embajadora en Estados Unidos, Milena Mayorga, afirmó: “Hace menos de 30 meses teníamos el peor sistema de salud de América Latina. Al nivel de Haití. Hoy tenemos el sistema más eficiente del continente”. Versión dos, de los médicos locales: “Las declaraciones de la embajadora Mayorga no están basadas en la realidad del sistema nacional actual del país. Una vez más se trata de confundir a la población” Ocupamos el tercer lugar en Centroamérica, confirmado por los miles que son víctimas de las carencias en nuestros hospitales. Pero la diplomática, en su afán de levantar la imagen presidencial escribió en un tuit: “Que gracias a que el presidente Bukele adoptó el Bitcoin como moneda, aparecimos en una serie coreana”. Sin comentarios por este gran logro.
El presidente Bukele afirmó que “El Salvador tiene suficiente liquidez, no solo para pagar todos sus compromisos a su vencimiento, sino también para comprar su propia deuda hasta 2025 por adelantado”. Según analistas locales, únicamente se dispone de $561 millones, para la compra de una deuda que a la fecha ronda los $1,023 millones, por su depreciación en los mercados internacionales.
Según nota de Bloomberg, “el gobierno habría obtenido mejores resultados en términos de ahorro de recursos si hubiera realizado la compra de manera encubierta” ya que al anunciarlo con bombo y platillo el Ministro de Hacienda, los bonos tuvieron una recuperación. Agrega Bloomberg: “No se ve un compromiso de ajuste fiscal que es lo que se necesita”. El Salvador tendría que usar $361 millones de sus reservas, que con este gobierno se han reducido considerablemente.
El Jefe de fracción de NI, resentido porque no le dieron tratamiento VIP en la Embajada de Estados Unidos, afirmó con rotundidad y prepotencia: “Yo tengo el poder para meter una ley y cerrar los medios”. Aunque la Constitución en ninguno de sus artículos autoriza el cierre de los medios de comunicación, pero otorga a los ciudadanos el derecho a la libertad de prensa.
La diputada suplente de NI, Nidia Guirola, aparece en una fotografía con su mano levantada en la Comisión de Transporte, aprobando un dictamen para la importación y uso de vehículos eléctricos. Posteriormente solicitó al presidente de dicha comisión: “Diputado, quisiera una copia del dictamen que acabamos de aprobar, porque no tengo conocimiento”. Triste saber de aquí emanan los dictámenes y recomendaciones que se convertirán en leyes de la República. Pena ajena.
Por su parte, el diputado William Soriano, de NI, viajó a Estados Unidos en vacaciones y solicitó a los organizadores del Día del Salvadoreño en Los Ángeles 30 ó 40 minutos para acceder a la tarima y hacer proselitismo ante los asistentes, lo que definitivamente no le fue permitido. Mártir Benítez, de UNICOMDES-USA, explicó la razón de la negativa: “Creen que al ser una fiesta salvadoreña es un mitin político, y el Día del Salvadoreño no es una fiesta de ideología: Es el día del Salvador del Mundo”, lo cual fue negado por Soriano. Él iba pasando.
Nos queda a los ciudadanos el tener el suficiente sentido común para saber cuál de las dos versiones es la que procede de fuentes confiables, y cuál es la que forma parte del show para la galería y que solo creen los que no tienen nada que perder sostenidos por una esperanza ingenua y vana.
Maestra.